Rosseta, por Eugenio Montoro

Los antiguos egipcios fueron una cultura extraordinaria y crearon una escritura en base a símbolos que vino a conocerse como jeroglíficos. Cuando los científicos empezaron a interesarse por ellos, descubrieron que nadie sabía cómo leerlos pues hacía más de mil años que no se utilizaban,

         Solo fue durante la invasión de Napoleón a Egipto que, por casualidad, un soldado francés encontró una piedra donde aparecía un escrito jeroglífico, seguido de otro escrito poco conocido y un escrito en griego antiguo que si se conocía.

         Loa grabación en la piedra, es una especie de decreto y los tres escritos dicen lo mismo por lo que es una especie de diccionario para la traducción. Su principal aporte fue entender que los egipcios cuando no tenían un buen símbolo para alguna cosa la escribían usando sonidos iniciales de otros símbolos. Haciendo un ejemplo inventado pero que intenta aclarar, si querían escribir Caracas pues dibujaban una cara (ca) un ratón (ra) y otra cara (ca).

         La piedra diccionario se volvió famosa, se le puso el nombre de Rosetta por la ciudad donde se encontró en el delta del Nilo, y hoy se puede ver en el Museo Británico de Londres (por qué la encontraron los franceses y la tienen los ingleses es otra historia).

         También aquí, en nuestro suelo, suceden cosas parecidas, pero al revés y los dirigentes, del gobierno y oposición, escriben y pronuncian las letras igual, pero les dan diferentes significados.

         Por ejemplo, si la Constitución dice la fuerza armada es una institución sin militancia política, para unos significa exactamente eso, pero para otros que griten en coro “Chávez vive, etc” está bien.

         Si la Constitución tiene escrito que toda nueva deuda importante debe ser aprobada por la Asamblea Nacional, para unos debe ser así, pero para los revolucionarios no. De paso si la AN molesta crean otra.

         Si las elecciones se deben hacer en tal mes pues así debe hacerse, pero para los rojos puede posponerse si conviene.

         Nuestra piedra constitucional escrita en una sola lengua conocida y hablada por todos los ciudadanos de Venezuela y que ordena ser cumplida al pie de la letra se convierte en jeroglíficos comunistas que nadie entiende sino los traductores rojos.

         La misma palabra “democracia” que para cualquier demócrata del mundo conlleva la alternatividad de los dirigentes en el poder posee el significado de perpetuidad para los comunistas.

         La pulcritud en respetar la voluntad popular que es fundamental para los demócratas, por obra de los jeroglíficos interpretativos revolucionarios se convierte en una lista de trampas, donde reubicar a centenares de miles de votantes, sobornar y amenazar a personas necesitadas entre otras muchas aberraciones son efectuadas por los rojos con la satisfacción de un deber cumplido.

         La mente fanatizada de los dirigentes del régimen seguirá leyendo a su conveniencia hasta el Padre Nuestro.

         Solo hay algo sensato por hacer frente a la infamia. Olvidarnos de razonar con estos fanáticos irrecuperables y emprender lo necesario para su remoción.

DC / Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...