Mujeres criollas e internacionales, por Luis Acosta

Norkys Batista, una mujer venezolana joven y bonita, madre soltera, artista y modelo, exageradamente simpática y de silueta bien agradable y elegante, decía, con mucho bagaje del arte y la vida artística y social, que ha llegado el momento de probar a una mujer en la Presidencia de la República de Venezuela, e insinuaba que debiera de ser una mujer y, no solo mujer, sino casada, profesional y preparada en el campo general de la vida; esposa y madre ejemplar y un especial carácter para dirigir. Desde luego, bien acompañada y representada con la bella imagen de familia y hogar dedicado. Creemos también que en la Venezuela las hubo y las hay. La Lcda. Mercedes Briceño de Pulido vale como ejemplo. Además de que se fogueó en la arena política, fue Ministro de la Familia con el Presidente Herrera y fue una buena dirigente y conferencista. Lamentablemente no está. Pero si está, Cecilia Sosa quien también es una mujer de quilates. Ella ha servido como Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Una señora seria, estudiosa y de plena compostura en la acción social. Entendemos que ha desarrollado una familia honorable y un núcleo hogareño de buena formación profesional.

En el Día Internacional de la Mujer, Norkys Batista ha dado en el clavo y su propuesta estamos seguros, puede tomar aire y fuerzas, y, sin exagerar, que en las futuras elecciones del 2018 es de lugar la propuesta para ablandar lo que el presidente Maduro viene endureciendo. No olvidemos que en política todo es posible y nada irracional está escrito.

Por otro lado, esto pudiera romper el hielo de las contradicciones que bien pueden ser resueltas políticamente, mediante un pacto al efecto, para que la próxima Presidencia sea representada y ejecutada por una mujer. Desde luego, cada tolda participante escogería su candidata y, así, el acuerdo debe ser pleno, es decir, la candidata debe ser del sexo femenino sin otra opción. Esto parece de difícil logro pero las conveniencias son infinitas y pueden convertir los obstáculos en peldaños. Primero, la mujer es más dedicada, menos atrevida y más prudente. Segundo, normalmente no tiene compromisos políticos anteriores, ni sociales ni marginales, sino los que han de llegar.

Tercero, no tienen ligazón especial de mutuales políticas en el país. Cuarto, la campaña es mas controlable y menos costosa, además, fiel y ajustada a las circunstancias. Quinto, todos los partidos y sus candidatas están obligados a nuevos planes y los viejos quedan atrás. Sexto, estimularía la tranquilidad y el arreglo, y rompe con el debate estéril, agrio y abusivo. El pacto debe incluir un acuerdo de NO Agresión y de Cero Retaliaciones iniciadas por los diferentes bandos acordantes. Séptimo, sería algo novedoso, elocuentemente inteligente y de una originalidad única en la historia política de América. Por último, hay igualdad y seguridad.

Por otro lado, en el ambiente político internacional han aparecido damas como Angela Merkel en Alemania, Michelle Bachelet en Chile, Violeta Chamarro en Nicaragua, Laura Chichilla en Costa Rica y de la Primer Ministro de Inglaterra, Theresa May. Todas ellas siguieron en progresión y trabajo la conducta valiente, firme, decidida y dinámica de la dama de hierro Margaret Thatcher en Inglaterra. Estos no fueron ni son ensayos sino resultados notorios y exitosos que comprueban que las mujeres están preparadas con percepción, idealismo y producción de amor para cuidar la familia de un país y asegurar su recuperación en la salud y en lo social. Por otra parte, también son dueñas de un temple especial lleno de dignidad espiritual y moral para revitalizar sus países desde la Presidencia. Además, su delicadeza nos augura honestos procedimientos y usos integrales de la razón y las proporciones.

Hoy Venezuela tiene nuevas féminas como lo son Delcy Solorzano, Tania Diaz, Eveling Trejo de Rosales, Cilia Flores, Dennis Fernández, Adriana D’Elia, Patricia Gutiérrez y un trío que se las trae: Mitzy Capriles, Lilian Tintori y María Corina Machado. Todas capaces de sacar adelante el país y de superar esta coyuntura política difícil y compleja que necesita de decisiones del tamaño de los problemas y como causa subliminal del viejo dicho “a grandes males, grandes remedios”.

 

DC / Luis Acosta / Articulista

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