Familia del futbolista Neto sienten alegría y dolor

Para la familia del futbolista brasileño Neto, como se conoce a uno de los seis sobrevivientes del accidente aéreo en Colombia, hay alegría y dolor.

Sienten que es un milagro que su hijo, Helio Hermito Zampier de 31 años de edad, haya sobrevivido. Pero al mismo tiempo sufren por la muerte de 71 pasajeros, incluidos 19 miembros del adorado equipo de su hijo. El avión se estrelló el lunes en la noche a unos kilómetros del aeropuerto de Medellín, Colombia.

«Por un lado, estamos muy contentos porque nuestro familiar, Neto, está con vida», dijo Helam Marinho Zampier Jr., el hermano de 34 años de Neto. «Pero al mismo tiempo estamos en duelo por las otras vidas que se perdieron».

«No puedo decir que Dios salvó a mi hijo», dijo el padre de Neto, Helam Marinho Zampier Sr., que evidentemente busca respuestas. «Si ese fuera el caso, Dios los habría salvado a todos. Puedo decir que Dios ayudó a mi hijo».

Sentados en el patio de su casa en las afueras de Río de Janeiro el jueves en la tarde, varios familiares se reunieron a la espera de más información por parte de la esposa de Neto, Simone, quien se trasladó a Colombia. Ella, Neto y sus gemelos de 9 años viven en Chapecó, la ciudad al sur de Brasil donde tiene su sede el equipo.

Lo último que sabían es que se encontraba estable luego de ser operado de un pulmón, una rodilla, una muñeca y el cráneo. Despertó brevemente y sujetó la mano del doctor, afirman, antes de ser sedado nuevamente para continuar con su recuperación.

«Mi hijo fue encontrado entre los escombros» del avión, dijo el mayor de los Zampier, quien añadió que espera que el futbolista pueda volver a casa en algunas semanas.

La familia recordó cómo Simone los despertó con una llamada telefónica a las 03:30 horas del martes para darles la noticia del accidente. Durante horas estuvieron pegados al televisor. Las borrosas imágenes del rescate mostraban repetidamente a alguien parecido a Neto en una camilla, pero no tenían la certeza.

Durante la espera, digerían algo que Simone dijo: Neto le había dicho el día del vuelo que había soñado que su avión se estrellaba. Hacia las 10:00, recibieron la noticia de que había sobrevivido.

«Cuando me enteré que sobrevivió, dije: ‘Gracias, Dios. Ahora puedo llorar»’, dijo la madre, Valeria Zampier. Pero también existe el otro lado. «Me rompe el corazón pensar en las otras madres (de las víctimas)», admitió.

La familia cree que el equipo se reconstruirá.

El Chapecoense llegó a la primera división del fútbol brasileño en 2014, se encontraba en el noveno lugar antes de la última fecha de este fin de semana, y el miércoles iba a disputar la ida de la final de la Copa Sudamericana. En su camino hacia la final del segundo torneo de clubes más importante de la región, el Chape superó a importantes escuadras argentinas como San Lorenzo e Independiente.

Varios equipos se han ofrecido a prestarle jugadores, en un momento en que la tragedia ha generado una oleada de apoyo. El sábado está programado un servicio fúnebre por las víctimas en Chapecó.

«Vimos al equipo ir de lo más bajo hasta llegar muy alto» en los últimos años, dijo el hermano de Neto. «No volverán a caer».

La familia tampoco tiene duda alguna que Neto, uno de los líderes del equipo, volverá a jugar fútbol. Desde que se hizo profesional hace más de una década, jugó para varios equipos de Brasil. También se ha recuperado de cirugías en la cadera y el cuello, lesiones a las que muchos futbolistas jamás se sobreponen.

«Nada es imposible para él», dijo Valeria.

AP

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