Dramático fin de año, por Freddy Paz (@freddyspaz) 

Por más que intentemos darle una explicación lógica a la tenebrosa situación que vivimos los venezolanos hoy en día es imposible encontrarla, este proceso revolucionario sobrepasó todos los manuales de cómo destruir un país.

Nos acercamos al fin de año 2016, a las festividades decembrinas que tradicionalmente han sido signo de reunión familiar, cenas, juguetes, estrenos y regalos, con la sombra de que nuestro país está cada vez más cerca del colapso.

La crisis alimentaria y de medicamentos se agudiza cada día que pasa, y pareciera que el gobierno,  no reconoce  que el modelo político fracasó y que el país atraviesa por una crisis humanitaria sin precedentes, que pone en riesgo la salud y la vida de los ciudadanos.
Llegamos a vísperas del mes de diciembre con una cesta básica familiar que según el CENDAS ya alcanzó los 575.328,04 bolívares, mientras el salario mínimo sólo alcanza los 27.092,00 bolívares, lo que significa que se requiere casi dos años de trabajo para poder adquirir la cesta básica familiar, (21,23 salarios mínimos). Y ni hablar de estrenos, porque un par de calzados Adidas cuestan 294.448 bolívares.
Sorprendentemente vemos que el beneficio del bono de alimentación o cesta ticket que no tiene incidencia sobre las prestaciones sociales, triplica prácticamente el salario mínimo. Es decir que el gobierno que se hace llamar obrerista, confisca abiertamente las prestaciones de los trabajadores, pretendiendo pagarles el fruto de su esfuerzo con comida, la que cada vez es más difícil de conseguir. Y quienes después de 30 años de trabajo por Venezuela se jubilaron por mandato de Ley, no cobran el ticket de alimentación, injustamente castigados por Maduro, que se niega a pagarles este beneficio, aprobado por la Asamblea Nacional.
Con un salario de hambre, la realidad de los venezolanos hoy, es esperar con pavor la actualización del Dólar Paralelo para recalcular como va creciendo nuestros niveles de pobreza, con un gobierno que impuso controles de cambio, la presunción en el manejo de las variables que impulsan el paralelo. Y el control absoluto de los dólares que ingresan por renta petrolera al País.
Tenemos un gobierno, que se niega a escuchar el clamor de un pueblo que lo rechaza unánimemente por tenerlo sumido en el hambre y la desesperanza.
Esperemos que el avenimiento de las épocas decembrinas toque el entendimiento de quienes están en el poder ejecutivo, y que una vez también fueran pueblo, para dejar que el pueblo exprese su voluntad y decida su destino de forma constitucional,  justa y democrática.
DC / Freddy Paz / Diputado AN / @freddyspaz

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