Su eminencia el cardenal porras, por Paciano Padrón (@padronpaciano)

Ha querido nuestro querido Papa Francisco hacer Cardenal a Baltazar Enrique Porras Cardozo, darle el más alto rango honorífico que puede conceder a un varón, “crearlo” miembro del Colegio Cardenalicio. Gracias Francisco al hacer Cardenal a este hijo de la Iglesia en Venezuela, quien con humildad, al saberse creado Cardenal, expresó: “Esta designación es una bendición para el país, denota el amor del Papa hacia Venezuela, por la situación que atravesamos. Es un llamado a la esperanza y a la superación de la crisis. Más que un honor es una responsabilidad para que la luz de Jesucristo y el Evangelio sea la que ilumine la necesaria fraternidad y entendimiento entre los venezolanos¨.

 

Etimológicamente Cardenal  proviene de “Cardinis”, “bisagra”.  Así como la puerta gira alrededor de la bisagra, el edificio de la Iglesia gira alrededor de las virtudes cardinales. Según el Derecho Canónico para crear un Cardenal  -se usa la expresión crear  como “hacer a alguien lo que no era”- se elige a persona destacada por su sabiduría (doctrina), costumbres (coherencia de vida), piedad (oración) y prudencia (buen actuar). Fue esto lo que vio Francisco en nuestro hermano Baltazar Enrique.

 

Su Eminencia Reverendísima Baltazar Cardenal Porras  -ese es el tratamiento que desde 1630 debe darse a los Cardenales que sean obispos o arzobispos- estudió en el Seminario Interdiocesano de Caracas, ordenándose sacerdote en 1967 y haciéndose doctor de Teología Pastoral en la Universidad de Salamanca en 1977. Obispo Auxiliar de Mérida en 1983, es consagrado Arzobispo de la misma ciudad ocho años más tarde.  Presidente de la Conferencia Episcopal (1999-2006), fue luego vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (2007-2011).  Pero más allá de los títulos y cargos, el padre Baltazar es un hombre íntimamente conectado con la juventud venezolana y que mantiene estrecha relación con el laicado comprometido, con  hombres y mujeres que desde su posición de laicos, realizan labor pastoral y social.

 

No hay duda de que Monseñor Porras es un hombre culto y tiene una calidad humana que le lleva a ser defensor de causas nobles y justas, lo que ha motivado numerosas confrontaciones con el régimen. Por supuesto que el difunto Chávez no ahorró calificativos para intentar desprestigiarlo, al igual que lo han hecho lugartenientes de menor cuantía, como Diosdado Cabello o Nicolás Maduro,  ha recibido descabellados agravios. Creo no equivocarnos si interpretamos la creación del Cardenal Porras como solidaridad de Francisco con la Iglesia venezolana; él es de los más atacados por el régimen que sufrimos, tal vez por su condición de lanza contra la corrupción y la injusticia. Nuevamente, gracias Papa Francisco.

 

Monseñor Porras es el sexto venezolano creado Cardenal, precedido por los queridos y recordados Humberto Quintero, José Alí Lebrún, Antonio Ignacio Velasco, Rosalio Castillo Lara y nuestro actual Arzobispo de Caracas,  Jorge Urosa Sabino. Media docena de santos varones que son honor para la Iglesia católica. Debemos esperar el 19 de noviembre, víspera de la clausura del año Santo de la Misericordia, cuando se efectuará el Consistorio -reunión de Su Santidad Francisco con todos los príncipes de la Iglesia- escenario en el cual el Papa creará 17 nuevos cardenales, 13 de ellos menores de 80 años que integrarán el Cónclave, reunión cardenalicia con facultad de elegir un nuevo Papa.

 

La creación del Cardenal Porras podrían entenderla algunos como un nuevo revés para la aporreada diplomacia del decaído y agotado régimen diosdadomadurista, por la firmeza con la que el Padre Baltazar ataca los desmanes del poder. En una oportunidad, a propósito del cierre de RCTV, comparó a Chávez con Castro y con los líderes del nacismo y del fascismo, Hitler y Mussolini; en otra ocasión, cuando le preguntaron qué le diría a Chávez, respondió: díganle ¨que los postulados de la democracia hay que respetarlos, así como la libertad¨. No obstante, en febrero de 2002, cuando el depuesto Chávez temía por su vida, le pidió que lo acompañara como Presidente de la Conferencia

Episcopal, y allá estuvo todo el tiempo a su lado, olvidando los improperios, aun cuando Chávez luego negaría que lo había llamado. Ese es el Padre Baltazar, ese es el Cardenal Porras. Dios  lo bendiga y bendiga a Venezuela.

 

DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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