Sólo es una «ficción» de abastecimiento, por Werner Gutiérrez Ferrer (@WernerGutierrez)

Venezuela continua sumergida en una grave crisis sin que se observe de parte del gobierno nacional la intención de rectificar en la aplicación de su modelo agrícola – económico para revertir la alta inflación, la escasez y la caída en la actividad de los sectores primario (agricultura y ganadería), secundario (agroindustria) y terciario (comercio) de nuestra economía.

Para diversos economistas de reconocido prestigio del país estamos en presencia de la «peor crisis de la historia venezolana y de la historia latinoamericana». Más allá del debate de si estamos o no ya en hiperinflación, se discute si es una «recesión» o ya puede definirse como una «depresión económica».

Algunas empresas consultoras estiman que la caída en el Producto interno bruto (PIB) nacional a la presente fecha acumula 8.9 %, pudiendo cerrar en el presente año en 10 %, esto definiría ya un ciclo de tres años continuos de contracción de nuestra economía.

Consideremos ahora el tema de la inflación, particularmente lo referente al rubro alimentos y productos de aseo personal y del hogar. Esta semana el  Centro de documentación y análisis social de la Federación venezolana de maestros (Cendas-FMV) publicó su informe sobre el precio de la Canasta alimentaria familiar de septiembre de 2016, el cual se ubico en Bs 405.452,78, representando un incremento de  Bs 21.527,58 (5,6%) con relación al mes de agosto de 2016 y 555% si se compara su valor de septiembre de 2015 con respecto a septiembre de 2016.

Una familia de cinco miembros necesitaría entonces 18 salarios mínimos (Bs 22.576,73) para poder adquirir la canasta alimentaria, o un poco más de seis veces el ingreso mínimo integral  de 65.056 bolívares, vigente para el mes de septiembre. Esto imposibilita a más del 77 % de los hogares venezolanos de adquirirla, he ahí, una de las principales razones por la cual el consumo de diversos rubros de la dieta tradicional del venezolano está descendiendo aceleradamente durante el presente año.

Tomemos como referencia la carne de pollo y los huevos, dos alimentos excelentes fuente de proteína animal para los hogares de la sociedad venezolana para explicar como el alza en los precios, y la pérdida general del poder adquisitivo del venezolano (se calcula en 42 %) ha causado una disminución significativa en su consumo (10 % en promedio durante el 2016), y a pesar de la caída marcada en la producción interna, el consumidor tiene la percepción de abastecimiento de estos, y muchos otros productos, en las cadenas de comercialización.

Durante el presente año la producción promedio mensual de huevos de gallina es de 750.249 cajas de 360 unidades, mientras que durante el año pasado fue de 1.308.873 cajas. Con respecto a la producción de carne de pollo, durante el año 2015 el promedio mensual fue de 84.973 toneladas, mientras que durante lo transcurrido del presente año, el promedio es de 47.126 toneladas por mes (Datos tomados de la Federación nacional de avicultura de Venezuela).

Sin embargo, por qué los consumidores hemos percibido particularmente durante los últimos cuatro meses que el mercado está abastecido de ambos alimentos, muy simple, la caída en el consumo  genera que a pesar de la disminución en la oferta interna, la demanda este satisfecha, y existan inclusive pequeños excedentes que han generado leves caídas en el precio de venta, el cual el mercado había llevado a niveles muy superiores al regulado por el gobierno.

Para el cierre del presente año se estima que el consumo de carne de pollo por persona año descienda a 11 kilogramos, habiendo superado en años previos los 40 kilogramos por persona. Con respecto al consumo de huevos por persona por año, para el 2016 se estima cierre alrededor de las 30 unidades, cuando el venezolano promedio en algunos años ingería por sobre las 170 unidades.

Lamentablemente, la magnitud del empobrecimiento de nuestra población es tal, que le está impidiendo alimentarse, generando «una ficción de abastecimiento» en el mercado porque cada día el número de personas que su ingreso económico les permite la compra de alimentos tan esenciales como carne de pollo, carne de bovino, huevos, leche y queso entre otros, es menor. Es urgente e indispensable revertir esta tendencia que causa serios problemas de malnutrición y desnutrición en más de 23 millones de venezolanos que hoy hacen dos o menos comidas al día.

 

DC / Ing. Agr. M. Sc. Werner Gutiérrez Ferrer / Ex Decano de la Facultad de Agronomía de LUZ / @WernerGutierrez

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