Soldados de la ONU ¿ayuda humanitaria o malestar social?

Todo comienza con una niña de siete años que denunció hizo sexo oral con soldados franceses, a cambio de una botella de agua y un paquete de galletitas.

A pesar de las múltiples denuncias de crímenes sexuales por parte de tropas de paz y personal de Naciones Unidas en los últimos dos años, a pesar de un panel independiente que criticó duramente la falta de diligencia de la organización internacional, los abusos continúan.

Un informe presentado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, asegura que hubo 99 nuevas denuncias de abuso sexual por parte de soldados y personal de la ONU en misiones internacionales en 2015, un aumento significativo respecto a los 80 casos registrados en 2014.

La niña citada arriba es una de las víctimas, y su declaración fue tomada por funcionarios de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que difundió el caso y el de otros menores en un comunicado en enero.

De los nuevos 99 casos denunciados en 2015, 69 fueron de abusos cometidos por soldados en misiones de paz y 30 por funcionarios de la ONU en otras capacidades. Pero más allá de las recomendaciones, poco ha cambiado en el terreno.

Por primera vez se detalla la lista de países involucrados. Hubo denuncias de abuso sexual contra soldados y policías de Alemania, Burundi, Ghana, Senegal, Eslovaquia, Madagascar, Ruanda, República Democrática del Congo, Burkina Faso, Camerún, Tanzania, Níger, Moldova, Togo, Sudáfrica, Benín, Nigeria y Gabón.

Investigadores de la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch que visitaron República Centroafricana denunciaron el mes pasado la violación o abuso sexual de al menos ocho mujeres y niñas.

Una menor de 14 años relató a los investigadores de HRW: «Pasaba por la base de Minusca en el aeropuerto cuando me atacaron. Los soldados estaba armados. Uno me sujetó los brazos mientras el otro me arrancó la ropa. Me tiraron a un pastizal y mientras uno me agarraba el otro me violó».

Otra joven de 18 años fue violada cuando acudió a la base de cascos azules de la República Democrática del Congo para pedir algo de comida. «Tres hombres armados se me tiraron encima y me dijeron que si los denunciaba me matarían. Me violaron uno a uno».

«En el universo alternativo de la burocracia de la ONU, los mismos personajes que tuvieron un papel activo en la debacle de República Centroafricana ahora supervisarán cambios para mejorar la situación. Cuando los zorros están a cargo del gallinero, el gallinero está condenado», dijo la organización Code Blue en un comunicado.

La ONG recuerda en un comunicado las palabras del panel independiente que se pronució tras el escándalo de los soldados franceses:

«El hecho de que el problema persista a pesar de innumerables informes de expertos comisionados por la ONU en los últimos 10 años, sólo sirve para aumentar la percepción de que la ONU está más preocupada con la retórica, que con la acción».

DC | BBC

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