Armas antiguas en Nueva York proceden de un naufragio en Florida

Nueve cañones históricos que llevan 60 años expuestos para recrear un fuerte de la guerra franco-india en el estado de Nueva York estaban en un principio en un buque de guerra británico que se hundió en los Cayos de Florida en el siglo XVIII, según confirmó una investigación dirigida por un arqueólogo especializado en restos submarinos.

El estudio de los 68 cañones del Fuerte William Henry determinó que todos, si no todos los nueve cañones de hierro proceden probablemente del HMS Looe, un buque de guerra británico que se hundió en 1744 tras chocar con un arrecife.

Cuando la réplica del fuerte abrió en 1954 en la orilla sur del lago George, se sabía que algunos de los cañones procedían de un naufragio británico en los Cayos, indicó Zarzynksi. La fuente exacta no se identificó hasta que investigadores voluntarios dedujeron que las armas procedían del Looe, una fragata de 44 piezas de artillería construida en Inglaterra en 1741, dijo el experto.

«Todas las pruebas lo señalan», dijo.

El misterio se plasmó en un documental de 20 minutos titulado «Iron Sentries: The Mystery Cannons of Fort William Henry», estrenado hace poco por Pepe Productions of Glens Falls.

El fuerte William Henry original, construido por los británicos en 1755 durante la guerra franco-india, fue destruido dos años más tarde al ser capturado por los franceses.

La réplica a tamaño natural se construyó en el mismo lugar donde se alzaba el original, en la localidad de Adirondack, en el lago George. Antes de la apertura de la atracción turística en el verano de 1954, los propietarios del recinto buscaron cañones de la era colonial para mostrarlos en las troneras. Entre las piezas de artillería adquiridas había nueve armas descubiertas unos pocos años antes en el cayo de Looe, que ahora forma parte del Santuario Marítimo Nacional de los Cayos de Florida.

Los artículos publicados en la prensa local sobre la compra del fuerte indicaban que los cañones se habían comprado a Art McKee, un conocido cazatesoros de Florida, que extrajo las armas después de que el Smithsonian recuperase otro artefactos de pecios en el cayo Looe, que lleva el nombre del barco británico que se cree se hundió allí junto con un navío español capturado al que escoltaba.

Esos reportes de la década de 1950 también decían que los cañones mostraban insignias que los identificaban como propiedad de la corona Británica. Esas marcas han desaparecido tras varias décadas de exposición a los inviernos de Adirondack. Un incendio en 1967 destruyó buena parte de los registros del museo referentes a adquisiciones de artefactos, lo que aumentó la confusión sobre el origen de las piezas, dijo Zarzynski.

Tras el proyecto de investigación iniciado en 2014 para documentar los 49 cañones de réplica y 19 piezas de artillería histórica, los expertos creen que al menos nueve de las armas proceden de Looe.

El Nuevo Herald
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