¿Qué no renuncia? Vamos a ver, por Paciano Padrón (@padronpaciano)

Yo estoy obligado a pedirle la renuncia a Nicolás, y lo vengo haciendo sistemáticamente desde hace ya un año. La obligación ciudadana de hacerlo me la impone una cuádruple convicción: 1) La convicción de que la gestión de Nicolás es un desastre; 2) La convicción de que Nicolás no tiene el liderazgo, la fuerza, el respaldo ni el conocimiento para sacar a Venezuela del hoyo en el que nos ha sumido; 3) La convicción de que no podemos esperar otros tres años más, para completar los seis para los cuales fue proclamado, por el CNE, presidente de Venezuela, y 4) La convicción de que la renuncia es el camino más fácil para el país, otras veces he dicho el “más barato”, el que con menos traumas nos coloca en el terrero de la regeneración de la república.

 

¿Qué no renuncia? Vamos a ver. Ya somos numerosos quienes le hemos pedido se aparte. El que no haya renunciado hasta ahora, o que vocifere que nunca renunciará, no quiere decir que no lo haga. Dirá que no, hasta que diga sí. Cuando la solicitud de la renuncia sea colectiva, cuando jefes de estado y organismos internacionales, así como voceros e instituciones nacionales lo requieran masivamente, otra voz podría cantar, o cuando su propio partido lo exija en la calle, y no pienso ahora en Diosdado y el cogollo corrupto, sino en las bases, en gente llana y sencilla que quiere cambio, chavistas que no querían ni quieren para su país esta tragedia, cuando esas voces se alcen, otro gallo podría cantar.

 

No podemos dejar de intentar la vía constitucional de la renuncia, ante la posibilidad de que no renuncie; las ventajas de esta vía nos obligan a pretenderla. Por supuesto que tenemos otros caminos constitucionales para no calarnos tres años más de Nicolás. Las más complicadas serían la Asamblea Constituyente y el Referendo Revocatorio. Pero hay otra salida, la veremos luego. La manera más expedida de solicitar la convocatoria de la Asamblea Constituyente es por el voto calificado de las dos terceras partes de la Asamblea Nacional, las otras convocatorias son más complicadas y lentas. La solicitud de la Asamblea Nacional se llevaría a Referendo popular a través del CNE. Superada esta consulta al pueblo, habría unas segundas votaciones, estas para elegir a los Diputados Constituyentes, quienes harían el proyecto de constitución y las otras reformas que entiendan pertinentes, para nuevamente ir a Referendo popular para aprobar la Carta Magna. Sancionada la constitución, se iría a una nueva votación para elegir al presidente de la república. Son cuatro consultas populares. Por su parte, el Referendo Revocatorio pasa necesariamente por la recolección de aproximadamente cuatro millones de firmas, equivalentes al 20 % de los electores, y luego votación para revocar el mandato. Una vez revocado, el tercer paso sería la elección del nuevo presidente.

 

La salida constitucional más expedida -luego de la renuncia ya comentada- es la enmienda constitucional, cuyo proyecto puede aprobar la Asamblea Nacional con simple mayoría de sus miembros (84 diputados). Una vez sancionada la propuesta de enmienda por la AN, el CNE la someterá a consulta popular en 30 días. En síntesis, en cinco semanas podría despacharse el asunto. ¿Qué se enmendaría? Recomendaría solo dos cosas, en primer lugar, derogar la reelección indefinida de los funcionarios públicos, en segundo lugar, acortar el período presidencial de seis a cuatro años, con lo cual en el próximo enero ya tendríamos un nuevo presidente para la regeneración de la República.

 

Esta no sería la primera vez que se acortaría el período de un presidente, ya que por enmienda se le recortó el período a Luis Herrera Campins. Entonces el período era de cinco años, la elección se efectuaba a comienzos de diciembre, y la toma de posesión se producía en marzo, tres meses más tarde, lo que resultaba un período muy largo e inconveniente, y fue así como se adelantó la toma de posesión del sucesor de Herrera Campins, quien no gobernó completos los cinco años para los que había sido electo.

 

Nicolás, ya le has hecho mucho mal a Venezuela, ahora arrímale una al mingo, tu renuncia haría menos difícil lo que irremediablemente debe ocurrir. Tres años tuyos más en la presidencia, y no quedaría hueso sano. Renuncia, sepárate ya.

 

DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

 

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