Chelique y Nacho, dos generaciones, por Joaquín Chaparro O. (@joaquinchaparro)

Cuando en los años 80 Chelique Sarabia estimuló a los venezolanos a “poner al país en marcha”, lo hizo porque sabía en su condición de poeta, músico, compositor y gran visionario político moderno, que era el momento oportuno de cambiar el país, la coyuntura perfecta para implementar una nueva forma de hacer política. Era la hora de un nuevo liderazgo, surgido de las entrañas de los sectores populares con el apoyo de los líderes de ese momento histórico, así vio ese extraordinario intérprete popular el país que reclamábamos y necesitábamos todos a finales de los años ochenta.

A pesar de la inquietud de Chelique, se esfumaron las esperanzas de construir el nuevo país que la generación actual se merece porque la élite política del momento (años 80 y 90) no tuvo la visión estratégica de interpretar a los venezolanos, sus condiciones económicas, su cultura política, su idiosincrasia y, lo más grave, no quisieron cambiar. Tampoco los sectores empresariales tuvieron la confianza en esos viejos líderes desgastados por el Poder, por la burocracia y por la corrupción administrativa, por esa situación, se colaron una pléya de “ovejitas” quienes hoy son unos grandes lobos y se tragaron de un solo bocado lo poco que nos queda de democracia.

Pretendieron formar al “hombre nuevo” con ideas viejas, obsoletas, dogmáticas, absurdas que pretenden erradicar cualquier inspiración de cambio, de transformación o surgimiento del verdadero hombre nuevo. Actualmente, décadas más tarde, es el turno de Miguel Ignacio Mendoza Donatti “Nacho”, un joven igualmente poeta y extraordinario músico incomparable, quien conoce perfectamente las necesidades de cada uno de los venezolanos y se atreve a expresarlas, tal como hiciera Chelique.

Nacho nos dio una gran lección cuyos apuntes deben anotar en letra grande la actual élite política para hacer realidad todas las aspiraciones expresadas por el valiente joven zuliano, ídolo internacional que dio un paréntesis a sus ocupaciones para hablarle al país, para atreverse, so riesgo de ser ahora, un perseguido del régimen de Nicolás Maduro. Chelique en su momento y ahora Nacho entendieron que se necesita una verdadera Venezuela moderna, sobre todo en la actual era de la competencia internacional, de la aldea global , de las nuevas tecnologías, pero sobre todo en el marco de la libertad, de la justicia social, del progreso. Por eso, hoy más que nunca esa expresión de Chelique “pueblo pongamos al país en marcha” toma fuerza y de una forma u otra se expresa a través de la boca de Nacho, en una exigencia para comenzar a construir ya un mejor país, de una vez por todas.

Hay que detener a Nicolás Maduro porque los sectores desposeídos saben y ven como se llevan la riqueza petrolera los imperialismos chino y ruso; saben que le siguen regalando nuestro petróleo a los hermanitos Castro y ese regalo es de más 100 mil barriles de petróleo diario. Maduro pretende seguir castigando al pueblo, es hora de detenerlo, de sacarlo constitucionalmente ni perder ni un segundo más.

Vivimos en un país donde la delincuencia le gana la batalla al gobierno, donde no hay trabajo, comida, ni medicinas; donde reina la inseguridad, no hay eficiencia eléctrica, no hay agua, con una inflación que amenaza este año en cerrar en más de 700% ( FMI). No dejemos escapar el mensaje de Nacho como ya una vez lo hicimos con el mensaje de Chelique Sarabia.

DC / Joaquín Chaparro / Ex Concejal de Maracaibo /  @joaquinchaparro

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