Cómo hablar a los niños sobre violencia

En muchas casas con niños pequeños la televisión apenas se mueve de los canales temáticos infantiles y los pequeños viven más o menos ajenos a las grandes tragedias que suceden en el mundo. Sin embargo, cuando los actos de terror ocurren tan cerca como el acaecido en París el pasado 13 de noviembre, es prácticamente imposible que los niños se mantengan al margen de estas terribles noticias, de hecho, el periódico Libération que el pasado octubre comenzaba una edición destinada a niños de entre siete y doce años, ha afrontado los atentados con asesoramiento especializado en sus páginas para niños.

Los informativos están repletos de violencia y dolor, en ocasiones por desastres naturales, pero en otros muchos casos por la intervención del hombre. Desde los feminicidios hasta los atentados terroristas pasando por los asesinatos a niños y otros tantos atentados a la vida. ¿Qué hacer ante esta información? ¿Cómo reaccionar si nuestros hijos nos preguntan?

Es importante tener en cuenta que los niños pequeños no entienden bien la diferencia entre la realidad y la fantasía. Es a partir de los cuatro años cuando pueden empezar a distinguir que lo que ven en televisión no está pasando en la realidad, sin embargo, es muy posible que no entiendan que esos mismos actos reflejados en dibujos animados llevados a la realidad, pueden tener consecuencias seriamente negativas.

A medida que los niños crecen es más complejo mantenerlos alejados de la violencia televisiva, de ahí que los mejor es saber cómo hablar acerca de esas cuestiones. En este sentido, no hay que obligaros a tratar estos temas, sino permitir que sean ellos los que pregunten. En torno a los seis años es fácil que los pequeños cuestionen qué está sucediendo en el mundo al ver escenas de refugiados  o a enterarse de atentados terroristas.

La Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente ofrece una serie de consejos para poder hablar con los niños sobre la violencia y la guerra:

  • Lenguaje: Utilizar palabras y conceptos que el niño pueda entender, adaptando el lenguaje a la edad del menor. La sencillez se tiene que basar, además de en las palabras, en ofrecer la información imprescindible, sin abrumar a los pequeños.
  • Sinceridad: Los niños saben cuando no se les está diciendo la verdad y además adoran eso de repreguntar un millón de veces hasta comprender a la perfección lo que quieren saber.
  • Reconocimiento: Respalda los pensamientos, sensaciones y reacciones del niño y de importancia a sus preguntas y dudas.
  • Estereotipos: Hay que tener especial cuidado con no estereotipar a grupos de personas en función de su raza, nacionalidad o religión. Es el momento perfecto para enseñar tolerancia y respeto. 
  • 24 horas: Si lo que dices es diferente de lo que piensas el niño lo verá en tus reacciones y comentarios ante los acontecimientos. Los niños se dan cuenta de todo incluso cuando parece que no nos observan.
  • Comunicación bidireccional: Deja que tus hijos también sepan cómo te sientes sin sobrecargarlos de preocupaciones.
  • Comprensión: Puede que tu hijo te sorprenda con una mirada escasamente empática, sin embargo, quizás no se trata de falta de empatía, sino de su forma de sentirse seguro al ubicar el suceso como algo lejano o ajeno a él. En ese caso, es mejor no contradecirle.

En general, lo mejor es procurar minimizar la violencia que ven los niños limitando el tiempo ante la televisión, seleccionando los programas y viéndola en familia. Además de la televisión, también hay que controlar los videojuegos a los que tienen acceso y la información a la que se ven expuestos a través de internet, siguiendo las recomendaciones de edad y procurando que el ordenador y los dispositivos de juego estén en un lugar accesible de la casa donde los padres puedan observarlo sin necesidad de interferir en su privacidad.

DC|MH

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