Hoy es el día (parte final) Por Raúl Parra (@RaulParraT)

A menos que te quieras dejar morir lentamente, algunas temporadas de tu vida son para renovarte, desprenderte de los recuerdos que te causaron dolor y relanzarte con la mirada en aquello que Dios tiene delante de ti.

 

Escribo inspirado en el Dr. Pablo, apóstol del primer siglo, quien dijo:…yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante. (1)

 

Hoy es el día de extenderte

 

La última frase extendiéndome a lo que está delante representa la traducción del término griego epekteinomai, que es la forma intensiva de ekteino: ir hacia adelante, hacia afuera y es una metáfora de las carreras deportivas, de echar a andar y correr; es sinónimo de salida, y alude tanto al lugar donde se comienza como al acto de comenzar.

 

En la carrera de la vida tiene que ver con que hoy es tu lugar y tu día para comenzar de nuevo e ir hacia delante –has estado mucho tiempo ensimismado, girando en torno a ti-, hoy es tu largada: sal y corre con intensidad la carrera. La vida y un destino cierto con Dios te esperan si le extiendes tu corazón a Él.

 

Para extenderte decide entre renovarte o morir

 

Inspírate en las águilas.    Según Miguel Shtamoff, ellas son las más longevas en su especie: duran 70 años. Pero cerca de la mitad de su vida, a los 40 años, deben tomar una decisión difícil: comenzar un largo y sufrido proceso de renovación o morir lentamente. A esa edad, el águila tiene las uñas apretadas y flexibles, lo cual le impide tomar a sus presas con facilidad. Su pico largo y puntiagudo se encorva hacia su pecho, sus plumas se vuelven gruesas y las alas se tornan pesadas por el envejecimiento dificultándole volar. De allí que tenga que tomar la gran decisión: renovarse o morir.

 

Empieza entonces su doloroso proceso: vuela hacia el nido más alto de la montaña, donde no tenga necesidad de volar. Golpea su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Después, espera el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando estas nacen, comienza a arrancar sus plumas viejas. Después de cinco meses, sale para su vuelo de renovación, ¡y a extenderse para vivir 30 años más!

 

A menos que te quieras dejar morir lentamente, algunas temporadas de tu vida son para renovarte. Renovarte significa subir a la cima de la colina (es decir, la decisión de ir a Dios) y comenzar un cambio integral. Significa apartarte por un tiempo y reflexionar sobre tu vida familiar y espiritual, tu ética y tu servicio a los otros. Desde la altura de la colina observarás el paisaje que debe quedar atrás, ¡mientras otro se abre ante tu vista!

 

En la cumbre de la colina quedas libre del pasado, te desprendes de las costumbres que te causaron dolor, superas la encorvadura de tus errores e ingratitudes. Y puedes iniciar un nuevo lanzamiento con la mirada fija hacia lo que Dios tiene delante de ti. La renovación puede ser un proceso largo y penoso, ¡pero te permitirá continuar tu vuelo de victoria!

 

Piensa en esto      

 

Esta es la hora de Dios para ti, hora de olvidar, de dejar atrás las maletas del pasado que te asfixian; es hora de hacer, de actuar y sobre todo de extenderte ¿quieres hacerlo?, ¿quieres darle la bienvenida a un futuro personal extraordinario con Cristo? Hoy es el día.

 

Filipenses 3:13 (VRV).

 

DC / Raúl Parra / rlpt10@yahoo.es / @RaulParraT

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...