Ácido fólico, la vitamina que protege la columna

 

No hay mayor bendición para una madre que la salud de sus hijos, algo que empieza desde antes del embarazo.

Una de las condiciones que ocurren en una etapa temprana de la gestación (los primeros 28 días), es la espina bífida, cuando la columna vertebral del feto no llega a cerrarse del todo.

Según el sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, existe un mayor riesgo de desarrollarlo entre madres que sufren de obesidad, diabetes mal controlada o si toman ciertos medicamentos para las convulsiones.

A esto agregan que tomar suficiente ácido fólico (vitamina B9), antes y durante el embarazo, puede prevenir la mayoría de los casos.

Consecuencias

Existen distintos tipos de espina bífida, pero la más severa es la abierta o mielomeningocele. Con este tipo, según detalla el sitio de Mayo Clinic , parte de la médula espinal sobresale a través de una abertura en la columna vertebral del bebé, formando un saco en su espalda.

Dependiendo de la altura, en la columna a la cual se produce el defecto, puede causar deterioro neurológico, como parálisis, problemas intestinales o de vejiga, problemas ortopédicos, o acumulación de líquido en el cerebro. Por estar los nervios expuestos, el bebé también es susceptible a infecciones peligrosas.

Este tipo de espina bífida requiere cirugía dentro de las primeras 48 horas de nacimiento.

‘Es una experiencia de mucha incertidumbre, pues la atención que requieren los niños es mucho mayor’, manifiesta Yanina Castillo, cuyo hijo de 23 meses, nació con la condición. Por la región de la columna en la que se presentó el defecto en Juan Diego —área lumbar, vértebra S2—, sus síntomas no han sido tan severos como en otros casos.

Aún así, ha tenido que participar en terapia física, que lo ayudó a caminar a los 14 meses, además de terapia ocupacional, pues la enfermedad le afecta la motricidad fina.

A pesar de los desafíos, Castillo destaca que la espina bífida también tiene un lado positivo. ‘Las cosas chicas que uno da por hecho que su hijo va a hacer, se convierten en algo especial’, admite.

Dieta preventiva

‘El ácido fólico como tal interviene en la síntesis de ADN y en la formación de nuevas células’, indica Gary Sánchez, Nutricionista-Dietista de la Asociación Panameña de Nutricionistas-Dietistas (APND). ‘Además juega un papel importante en los defectos del tubo neural en fetos los cuales incluyen la espina bífida y anencefalia’.

Por esto, recomienda que las mujeres en edad fértil consuman alimentos ricos o fortificados con ácido fólico, o que tomen suplementos con 0,4 mg (400 microgramos) de la vitamina todos los días.

‘Las principales fuentes alimenticias de acido fólico en nuestra dieta las podemos encontrar en cereales fortificados, vegetales de hojas verdes (brócoli, espinacas, lechuga), leguminosas (menestras, semillas y frutos secos), hígado y riñón’, añade el dietista.

 

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