¿Qué viene después del 6D? Por Alfonso Hernández Ortíz (@AlfonsoZulia)

El 13 de noviembre inicia la campaña electoral para elegir los 167 diputados que conformarán la Asamblea Nacional durante el próximo periodo constitucional  del 05 de enero de 2016 al 2021 y aunque algunos candidatos ya se adelantaron en desarrollar estrategias comunicacionales para conectarse con los electores y alcanzar el voto emocional y racional, aun no se evidencian propuestas legislativas que permitan diferenciarlos mas allá de los colores de sus partidos políticos, consignas y clichés.

Sería de interés durante esta campaña que los electores podamos escuchar las propuestas de los candidatos a través de los medios de comunicación televisivos y radiales, en debates de ideas, donde los aspirantes puedan desarrollar los proyectos de ley que impulsarán desde el hemiciclo legislativo, es decir el contenido de su mensaje político, para lograr convencer y vencer, ya que hasta la fecha los aspirantes solo se han concentrado en defender la gestión del gobierno  y en criticar su ineficiencia, otros han colocado vallas ofreciendo leyes demagógicas que insultan la inteligencia del pueblo.

En tal sentido cada comando de campaña deberá entonces afinar las estrategias necesarias para construir y crear las condiciones, las redes de acción, influir en la opinión pública, manejar el marketing político y lograr que la comunicación política de sus candidatos se traduzca en ideas legislativas, ofreciendo a los electores una campaña electoral basada en el fundamento de la propuesta y no en la manipulación maniquea de la irracionalidad política.

La situación país, exige que los políticos se distancien de la hipocresía y del oportunismo electoral que tanto daño le ha hecho a la política venezolana, la población exige políticos serios, que no jueguen con sus esperanzas, que no se aprovechen de las circunstancias (miedo o voto castigo) simplemente para alcanzar el poder y luego olvidarse del compromiso adquirido, ante los electores.

Por tal razón se hace necesario que la legitimidad de los candidatos electos se mida en función del cumplimiento del cargo y no de las aspiraciones futuras que meticulosamente pretenden, dejando su responsabilidad parlamentaria olvidada, lo que ha llevado en algunos casos hasta de perder un curul, verbigracia lo ocurrido en circuito numero 11 de la Costa Oriental del Lago, donde se perdió un diputado, ya que quienes fueron electos como principal y suplente, renunciaron a la diputación para aspirar a otros cargos políticos y hoy son alcaldes de los municipios Lagunillas y Valmore Rodríguez, respectivamente.

Ciertamente, los políticos están en su derecho de aspirar ocupar otros compromisos y asumir nuevos retos, esa es la esencia de su carrera, lo que no es ético, ni responsable es presentar su nombre para asumir un cargo de elección popular, y luego de ser electo, abandonarlo y utilizarlo como trampolín para postularse como gobernador o alcalde, lo sensato sería que cumpliera con el mandato por el que fue elegido, hacer una excelente gestión, rendir cuentas y posteriormente lograr su postulación con distinción y reconocimiento.

Sin embargo, hay una máxima de la que se ufanan los políticos que “en política todo se vale”, queda entonces de parte de los ciudadanos, el deber, de saber evaluar y juzgar la seriedad y compromiso de quienes aspiren ser diputados a la Asamblea Nacional, darle seguimiento a quienes han cumplido con su responsabilidad y con la tarea encomendada, ya que no es un favor el que nos hacen, es un trabajo que se les cancela con sueldos onerosos y otros privilegios.

Finalmente, muchas son las expectativas que se han presentado para estas elecciones, dejando claro, que después del 06 de diciembre no termina, ni comienza el país, posiblemente podría cambiar la correlación de fuerzas en el parlamento, significando un mayor equilibrio en nuestra enfermiza democracia, sin embargo los cambios y las reformas que requiere nuestra sociedad quedará en manos de los ciudadanos, cuando comencemos a prescindir y desautorizar a la clase política que ha utilizado la estafa y el chantaje para mantenerse u ostentar el poder, en palabras de Francisco Rubiales “hasta que no consideremos la corrupción y la mentira como algo inaceptable en un político, sea de los nuestros o no, no podemos considerarnos libres”.

 

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo- Abogado / dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia

 

 

 

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