6D: Fe y esperanza, por César Ramos Parra (@cesarramosparra) 

El próximo 6 de diciembre ha sido convocada la conciencia popular a fin de que seleccione con su voto a quienes deberán representarlo en la Asamblea Nacional. Vale decir, seleccionaremos a nuestros Diputados, responsables de legislar, controlar el desempeño del Poder Ejecutivo, aprobar la asignación de recursos, supervisar la correcta ejecución de las Políticas Públicas, designar a los miembros del Tribunal Supremo de justicia, Consejo Nacional Electoral, Contralor, Fiscal y Defensor del Pueblo. Como puede observarse, una decisión trascendente que determinará el rumbo futuro de nuestro País.

Se ha venido señalando que los poderes Púbicos han estado secuestrados por el Poder Ejecutivo, es decir, por el Presidente de la República, determinando que todos los representantes de esos poderes han sido militantes incondicionales del partido del gobierno y no, como es el espíritu de la Constitución, a Venezolanos independientes, con altas credenciales personales, profesionales y morales, que garanticen el equilibrio de los poderes y el Estado de Derecho, base fundamental de una auténtica democracia.

El desarrollo de los pueblos y su madurez política se alcanza sobre la base de las experiencias vividas que son internalizadas por la conciencia popular, lo cual debe traducirse en un ejercicio consciente del sufragio para seleccionar el modelo de país que cada quien desea alcanzar. De allí, que si una organización política llegase a obtener una votación mayoritaria que le permitiese controlar el resto de los poderes, eso no le confiere el derecho de transgredir el espíritu de la Constitución y deberá sujetarse a ella con sentido ético, respetando el pluralismo político e ideológico, como base para fortalecer la Democracia y el Estado de Derecho. Es decir, a mayor poder obtenido por una organización política de la voluntad popular expresada en los sufragios, mayor es el compromiso y la responsabilidad que esa organización adquiere con la nación, cuya confianza no deberá ser traicionada.

Por los criterios expuestos, el 6 de diciembre próximo puede marcar el inicio para un cambio de rumbo en nuestro País, si se logra conformar una Asamblea Nacional más plural y equilibrada, no subordinada al gobierno y que garantice el fiel cumplimiento de la Constitución. Es la vía democrática, pacífica, electoral y constitucional para que nuestro país comience a buscar un nuevo rumbo con fe y esperanza hacia un destino mejor. Es la oportunidad para apostar por un mejor futuro, fundamentalmente para nuestra juventud, sumergida hoy en el pesimismo y la desesperanza; es la ocasión que tienen quienes están pensando en marcharse hacia otros países, donde serán ciudadanos de segunda, para luchar y progresar en esta tierra generosa y de grandes potencialidades, de la cual nos hemos sentido orgullosos.

Por ello, solo con la fe, entendida como la certeza de lograr lo que estamos deseando alcanzar y la esperanza para derrotar el pesimismo que nos inmoviliza y generar un estado de ánimo optimista, a pesar de todas las dificultades y problemas en los cuales estamos inmersos, lograremos cambiar el rumbo de las cosas y asumir, como lo señalara el poeta libanés Khalil Gibran: “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”.

 

DC / César Ramos Parra / Profesor Universitario / @cesarramosparra

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