Tocorón no es una cárcel, es un «resort»

El penal cuenta con discoteca, centro hípico, banco, piscina y parque infantil, gallera, restaurantes, campo de béisbol, gimnasio, tiendas de ropa, tres canchas deportivas, zoológico y bodegas con los productos que escasean, según un trabajo especial de Runrunes.es que les presentamos a continuación:

 
El Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón, se mantiene como territorio independiente, donde prevalecen los privilegios para los presos que cumplen su condena allí. Los líderes o “pranes” manejan sus negocios sin ningún tipo de control por parte de las autoridades, y han logrado levantar una infraestructura recreativa que podría ser envidiada por cualquier resort vacacional.

Captura de pantalla 2015-08-05 a la(s) 17.08.45En el penal, que se hizo popular por tener una de las “mejores” discotecas del país, Disco Tokio —recién remodelada— también tiene vende-paga (centro hípico), banco, piscina, gallera, restaurantes, campo de béisbol, bodegas, gimnasio, tiendas de ropa, cancha de futbolito y baloncesto, y hasta un zoológico de contacto -que entre sus animales más preciados tiene dos ponies-.

Aunque no es ni la primera o ni única cárcel que cuenta con una piscina para sus internos —la cárcel de San Antonio en Margarita también tiene la suya—, lo que sí es cierto es que la de Tocorón es de las más recientes y fue concluida y puesta en funcionamiento hace pocos meses. La falta de cemento y cloro, el costo de las baldosas y otros insumos no fue impedimento para que trompos y otras maquinarias de construcción trabajarán al ritmo que marca el dinero que mueven los “pranes”.

Después de pasar dos puestos de control de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y recorrer parte de la calle principal, que da acceso al penal, los visitantes de Tocorón también consiguen tiendas de ropa y bodegas en las que no hay colas ni escasez de productos, como en los abastos Bicentenario. “Aquí adentro se pueden comprar compotas, pañales, toallas sanitarias, champú, detergente, jabón de baño o lo que quiera”, dijo el familiar de un recluso, que prefirió no dar su nombre.

En el estadio con frecuencia se realizan campeonatos de softbol y béisbol, con la participación de equipos externos femeninos y masculinos. No se sabe quién autoriza el ingreso. Pero estos visitantes reciben un trato especial. No son requisados y solo les piden mostrar las cédulas de identidad. Luego son escoltados por presos armados hasta al final de las extensas instalaciones del penal, reveló un visitante, que pidió mantener su identidad en reserva por seguridad.

En los restaurantes, como El Sazón del Hampa, la visita puede comer desde un sancocho hasta una paella y una parrilla a precios similares a los de la calle.

“En el lugar hay niños y mujeres casi permanentemente. Allí se sigue manteniendo la pernocta de familiares y los presos hasta tienen mascotas”, contó la mujer que frecuenta el penal para visitar a su hijo.

Aunque no existe un inventario del “parque” de armas que tiene los reclusos del penal, un sencillo ejercicio de observación permite hacer un balance del arsenal: armas largas, granadas, revólveres y pistolas automática. El 12 de julio, una comisión de la Policía de Aragua que patrullaba la carretera San Francisco-Tocorón, sintió en vivo el poder de fuego que tienen los presos de Tocorón. La unidad fue atacada a tiros desde la azotea del penal, resultando “herido por bala de fusil” un funcionario policial.

Bancarización penitenciaria

Como si se tratara de un juego de monopolio, donde cualquiera puede hacer realidad la fantasía de tener su propio banco, los pranes de Tocorón crearon uno a su medida. La piscina, el zoológico o la discoteca no es lo que más impresiona ahora a los visitantes del penal. “Lo que más llama la atención es una especie de banco que opera en las instalaciones. Sí, un banco”, repite el familiar de un recluso, como queriendo convencerse de que era verdad lo que había visto.

Este establecimiento financiero, de reciente funcionamiento, opera en una casita de tablas. Está custodiada por dos hombres que portan armas largas. En la puerta hay un aviso, hecho en papel bond blanco, en el que claramente se leen los números de cuentas de varios bancos.

“Las cuentas que aparecen en la puerta del ‘banco’ pertenecen a familiares del ‘pran’ de la cárcel y en éstas los presos (en realidad su familia) deben depositar semanalmente ´la causa´ —una cuota fija que cada recluso debe pagar solo para tener derecho a estar en el penal—”, según explicó el familiar de un preso, que declaró bajo la condición de anonimato por temor a represalias en contra de su pariente.

Este “servicio bancario” lo usan principalmente los familiares de los presos que están fuera del estado Aragua y que no pueden trasladarse semanalmente al penal. El dinero es movilizado a través de transferencias electrónicas. A falta de cajeros automáticos, los parientes depositan en las cuentas de los “pranes”.

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DC | Runrun.es

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