La historia de Enzo, por Alfonso Hernández Ortíz (@AlfonsoZulia)

Como dice mi madre, “El que más da más recibe” Ley de Dios.

Recientemente, mientras esperaba a mi hija Victoria en la recepción del colegio donde ella estudia, llego a mis manos un impreso denominado “leer entre líneas”, comencé a hojearlo, y me encontré con tres lecturas muy interesantes; sobre “la felicidad de las mujeres”, “el amor de los padres” y  una reflexión que me toco la fibra, escrita por Marco Antonio Batta, titulada “Un empresario de buena pasta”.

Esta historia versaba sobre un empresario italiano de 42 años, al cual se le ocurrió la idea de asignarse por un mes, el mismo salario que le pagaba sus empleados, para saber si era posible vivir con ese dinero.  Asunto que le planteó a su esposa y dos hijas, las cuales estuvieron deacuerdo e iniciaron el experimento, planeando los gastos cuidadosamente priorizando en las cuentas por pagar, y renunciando a los gustos, caprichos y recreación, cuestión que extendieron por tres semanas, pero al llegar al día 20 se dieron cuenta que ya no había dinero.

Este articulo, me hizo pensar como millones de personas, tratan de sobrevivir con medianos ingresos, o lo que se conoce como sueldo mínimo, conllevando al núcleo familiar a sobrevivir con un salario escueto, representando sacrificios para poder cubrir la alimentación del hogar, el pago de los servicios, transporte, los gastos de los estudios de los hijos, el tratamiento de enfermedades de cualquier miembro de la familia, compra de medicinas, la reparación del vehículo, o cualquier otra necesidad que se presente, y seguro serán seguidas las ocasiones con las que no se cuenta con el dinero suficiente para llegar a fin de mes, generando la angustia y preocupación, cuando se acaba la quincena.

Factores como la inflación, la escasez, el alto costo de la vida, el aumento de los servicios públicos, el colapso y deficiente servicio de las instituciones del Estado (escuelas, liceos, hospitales, ambulatorios) conlleva a miles de trabajadores a destinar gran parte de sus salarios para cubrir necesidades externas, afectando las primordiales, como la alimentación, la salud, la educación, y la vivienda, y ni pensar que pueda quedar dinero para la recreación u otros gustos.

En la historia del empresario de Enzo, se resalta una máxima muy acorde a esta realidad “Un empresario enamorado solo del dinero no es un gran empresario”, ciertamente quien posea un negocio prospero no pueden ser indiferente ante la realidad de sus trabajadores, o simplemente pensar con cumplir con el pago del salario que establezca la ley, un gran empresario debe conocer la realidad de su gente, sus necesidades y expectativas, convirtiéndose no en un benefactor, pero si en un promotor de su desarrollo, incorporando beneficios adicionales, que finalmente, propician un sentido de pertenencia, compromiso, agradecimiento, lealtad y valor agregado a su organización, ya que en la medida que crezca su capital humano, seguirá creciendo su empresa y obviamente la motivación

La decisión del empresario Enzo, fue muy sabia, aumento un 20% de su salario a todos sus trabajadores, como respuesta a una pregunta muy sensata ¿Cómo trabajará una madre de familia con la preocupación de que no podrá llegar al final del mes?  Si tiene esa inquietud ¿dónde tendrá la cabeza? Realidad presente en millones de personas que pasan penurias, y hacen malabarismo para extender la quincena, cuando cuenta con un empleo permanente, ya que otra gran mayoría sale a buscar el pan de la mesa, y muchas veces no logra conseguirlo.

Quizás no todos los empresarios tengan las mismas posibilidades que tuvo Enzo, de aumentar el 20 % de los salarios a sus trabajadores, pero sí podrían colocarse por un momento en el lugar de su gente, asunto que lo harían reflexionar, sobre algunos beneficios que podrían ofrecerle a su capital humano, quizás no alcancen para completar sus necesidades economónicas, pero si para paliar los momentos de crisis, logrando esa empatía con las personas que contribuyen con el crecimiento de su organización, solo es cuestión de voluntad, siempre puede hacerse algo, sobre todo en estos tiempos, donde la situación económica golpea fuertemente el bolsillo de los venezolanos.

 

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com

 

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