Cobravacunas mantienen azotados a comerciantes de San Felipe y La Redoma

La desidia, basura, las “pirañas”, cobravacunas, extorsionadores y la anarquía es la cara que presentan los principales iconos comerciales del casco central de Maracaibo: San Felipe I y II, La Redoma, Plaza Lago y el C.C. Caribe, a los miles de compradores que acuden diariamente a sus instalaciones.

Hoy, en las “moles” de concreto, con más de cuatro décadas de existencia y que se extienden a lo largo de la avenida Libertador, conviven cerca de 1.500 comerciantes. “San Felipe y La Redoma se han convertido en guarida de malandros, prostitutas e indigentes. Los estacionamientos a veces son usados para enfriar carros y donde se citan a sus dueños para cobrar los rescates. Los extorsionadores también se han apoderado del lugar y quieren cobrar sumas millonarias a los dueños de los establecimientos”, denunció Rafael Jiménez, propietario de una mueblería.

Durante un recorrido, en horas de la mañana, por todas la estructuras se observó poca presencia policial. “Acá los uniformados sólo vienen a recoger los muertos”, refiere Miguel Sánchez, al recordar el deceso de José Iguarán, de 45 años, a manos de sicario y en marzo pasado, en pleno centro comercial La Redoma y por, presuntamente, negarse a pagar una vacuna.

Las “pirañas” son el otro dolor de cabeza para transeúntes y propietarios de los inmuebles, en especial los que recorren los pasillos de Plaza Lago y el CC Caribe. “Son un grupo de mujeres expertas en arrebatar bolsos, carteras y mercancía dentro de los locales. Esas ladronas han espantado a los clientes, nadie quiere venir para acá y  ser víctima del hampa. En un día podemos ver hasta 10 arrebatones de prendas”, comentó Ana María Salas, comerciante.

Isabela Moronta, de 65 años, recuerda aún en su memoria “el resplandor económico” de los minicentros comerciales en la década del 70 y 80, cuando las obras fueron inaguradas. “Todos los comercios con sus tres pisos estaban llenos (…) las aceras eran para los ciudadanos y venía gente de otros estados para hacer acá sus compras. Ahora lo que reina es la anarquía, basura por todos lados, suciedad, el miedo a no ser robado”, contó.

La falta de seguridad pública y de luces obliga a bajar las “santamarías”. “Los fines de semana el cierre obligatorio es a las 3:00 pm. Esto es una gillotina para el que se atreva a pasar. Puede ser víctima de un atraco con cuchillo y hasta de violación en uno de los callejones oscuros. La venta de droga es algo común entrada la noche. Esto se convierte en una tierra sin ley”, dice Marcos Gómez, dueño de una zapatería.

Las aceras atiborradas de mesas y quioscos en los alrededores de los minicentros, sumado por la escasa iluminación y aguas servidas, también —de boca de usuarios y compradores— en el día y la tarde se convierten en un gran “laberinto delictivo”.

Los que hacen vida en los locales también exigieron a las autoridades una revisión exhaustiva a quienes colocan tarantines dentro y en los alrededores de los centros. Aseguraron que muchos se prestan a negocios ilegales.

“En San Felipe, La Redoma, Plaza Lago y El Caribe la moda es montar un negocio de reparación de celulares o compra de oro. Cualquier persona llega con 20 celulares o cadenas y acá los comerciantes las compran sin saber si son objetos robados”, dijo una persona que prefirió el anonimato.

Los afectados exigieron a los entes competentes una reordenación del casco marabino. “Quién entra a los centros comerciales si antes tienes que pasar por cientos de mesas de buhoneros. No podemos competir con ellos a pesar que nosotros estamos legales. Dentro de 10 años creo que el 100% de los locales estarán cerrados y San Felipe, Redoma y Plaza Lago solo serán depósitos gigantes de mercancía (…)”, recalcó Victoria Mora, de San Felipe II.

El Instituto Municipal de Aseo Urbano (Imau) informó que de manera interdiaria varias cuadrillas de trabajadores de barrido manual, con ayuda de maquinaria pesada, realizan labores de recolección de desechos sólidos en Plaza Lago, Las Playitas, Unicentro Las Pulgas, San Felipe, el mercado Las Pulgas y el centro comercial La Redoma. “Constantemente se abordan y atienden todos los comercios que se extienden en la avenida Libertador, desde el centro comercial Las Playitas hasta tiendas Traki, en el cruce con la avenida El Milagro”, expresó, en una nota, el titular del organismo Melvin Velásquez.

En reiteradas oportunidades se trató de contactar el arquitecto Tito Meleán, presidente del CRU, para conocer si el organismo tiene algún plan de rescate o remodelación de los minicentros comerciales, pues las estructuras se encuentran dentro del perímetro de interés turístico del casco central marabino, pero no fue posible el contacto telefónico.

Funcionarios del Cuerpo de Policía Bolivariana del Estado Zulia (Cpbez), ente dirigido por el (G/D) Carlos Luis Sánchez Vargas, señalaron que los comerciantes y transeúntes víctimas de la inseguridad pueden colocar las denuncias respectivas en la Estación Policial Libertador-Bolívar.

Indicaron que a diario una comisión uniformada perteneciente al cuadrante 60 del plan Patrullaje Inteligente, realiza “un constante trabajo de seguridad y  vigilancia por la zona comercial del centro de la ciudad”.

Funcionarios de seguridad del estado han señalado que el caso central requiere de por lo menos unos 900 efectivos policiales desplegados estratégicamente desde la avenida Padilla con Delicias hasta el final de la Libertador, incluyendo Las Pulgas, La Redoma, San Felipe, y el Paseo Ciencias.

DC/Panorama

 

 

 

 

 

 

 

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