No hay soluciones mágicas, por Golfredo Dávila (@golfredodavila) 

Disculpen que insista en estos temas, pero hay que reflexionar sobre el futuro, el triunfo de la oposición el 6 de diciembre de este año no significa un cambio de ipso facto, no sembremos ilusiones ni grandes expectativas, vendrán situaciones mejores, que tendrán que ser administradas con madurez, cordura y respeto, además, avanzar en medio de esta profunda crisis, implica la acción mancomunada de todos.

 

La idea es ubicar las cosas en su justa dimensión, el descontento mayoritario y las encuestas señalan la derrota electoral del régimen, pero ese es apenas el primer paso, las soluciones no caerán del cielo, no bastan las buenas intenciones, es necesario redoblar los esfuerzos. La propuesta de cambio de rumbo político, señala un camino para salir de la crisis y reconstruir el país, pero no será fácil convertirlo en hechos, ello implica tres tareas simultáneas; reconciliar la sociedad venezolana, conformar un gobierno de unidad nacional y un plan de emergencia.

 

El 2016 será crítico, sin embargo a diferencia de lo que hoy ocurre, habrá un respiro para la sociedad, el cambio en la correlación de fuerzas tendrá un efecto moralizante, se iniciará el diálogo nacional, se abrirán espacios para la convivencia democrática y la unidad, cesará la polarización política y surgirán antídotos al mesianismo y a las hegemonías, pero al mismo tiempo hay que dar respuesta a los problemas que tienen a la gente al borde de la desesperación.

 

A la sociedad le toca estar ojo avizor, asumir su rol vigilante, tanto para ponerle freno a los desmanes de quienes detentan el poder, como para deslastrarse de los oportunistas, que sólo aspiran a “más de lo mismo” el “quítate tú para ponerme yo”, son quienes luchan por espacios de poder más no por los cambios, no les interesa para nada el país y su gente. Asimismo, la gente irá colocando correctivos a los sinsabores de las pugnas por el liderazgo y la hegemonía.

 

Ya se aprecian las distintas visiones y cada sector tratará de imponer la suya. Una parte del liderazgo opina que para sacar el país de la crisis hay que sacrificar aún más al pueblo, insiste en que se deben liberar los precios, aumentar la gasolina y las tarifas de los servicios públicos, mayores impuestos, eliminar el control cambiario, entre otras; y otros sectores que consideramos que el país está en capacidad de resolver sus problemas sin hacer recaer en los hombros del pueblo el peso de la crisis. Esto último implica; reducir drásticamente el gasto militar; repatriar el dinero robado ubicado en bancos extranjeros; reestructurar la deuda externa, diferir pagos y negociar nuevas condiciones; aplicar una reforma tributaria para reactivar el aparato productivo; diversificar la economía, potenciar la producción agrícola; reformular la política petrolera; un plan nacional de infraestructura para generar empleos; proteger los sectores vulnerables y pobres; reducir el IVA adscrito a un plan para bajar la inflación y mejorar el poder adquisitivo del salario; decretar la emergencia sanitaria, unido al adecentamiento de toda la administración pública.

 

Intervenir PDVSA, la CVG, la red nacional de medios públicos; asumir la política con ética, inclusión, participación y autonomía organizativa; una nueva política comunicacional basada en el respeto y la promoción de valores, a través de un programa dirigido a enaltecer el valor de la vida, del trabajo y la educación, desterrando los nuevos modus vivendi, entronizados como consecuencia de la quiebra de nuestra economía, el contrabando, el bachaqueo, la especulación; y un plan de seguridad integral que promueva la convivencia social y democrática, que frene los enclaves autoritarios y la violencia criminal.

 

DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila

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