Al Shabab amenaza con nuevos ataques mientras Kenia llora a sus víctimas

Kenia está conmocionada tras la masacre perpetrada por Al Shabab el jueves en la universidad de Garissa, en el sureste del país, en la que murieron 147 personas, pero la milicia islamita somalí no da respiro y este viernes amenazó con nuevos ataques.
«Kenia, vivirás más ataques mortales», advirtió un portavoz del grupo en declaraciones a la radio Al Andalus, cercana a la milicia. LA filial de Al Qaida exige la retirada de las fuerzas de combate keniatas de Somalia. «No habrá un lugar seguro para los keniatas mientras el país tenga tropas en Somalia», señaló Sheij Ali Mohamud Rage, citó DPA.

Unos 20.000 soldados de Kenia están desplegados en el país vecino ayudando al gobierno somalí a combatir a la milicia islamista.

Las exigencias de los islamistas de retirar a los soldados fueron ignoradas y por eso el grupo atacó la universidad de Garissa. «Muchos estudiantes cristianos, policías y vigilantes murieron y muchos resultaron heridos», dijo Rage. Numerosos estudiantes musulmanes fueron sin embargo liberados.

El papa Francisco condenó el ataque, que calificó de «acto de brutalidad sin sentido». En un telegrama, el argentino Jorge Bergoglio señaló que «reza por el cambio en los corazones» de los atacantes, así como por las víctimas, sus familias y por todos los keniatas en este «momento doloroso». Además, instó a redoblar los esfuerzos para «poner fin a la violencia e iniciar una nueva era de hermandad, justicia y paz».

En la mañana del jueves al menos cuatro hombres enmascarados asaltaron el campus y lo ocuparon durante 16 horas. Durante el asalto mataron a 147 personas, la mayoría estudiantes. Casi 80 personas resultaron heridas, mientras las fuerzas de seguridad consiguieron rescatar a 580 estudiantes. Los cuatro atacantes también murieron.

Testigos dijeron al diario Daily Nation que los atacantes exigieron a los estudiantes que citaran versos del Corán. «Se pusieron delante de la residencia e hicieron preguntas sobre el Islam y el profeta», contó el universitario Hassan Abdi. Sobre todo asesinaron a los estudiantes cristianos que no sabían responder.

Después, las fuerzas de seguridad los arrinconaron en una residencia, donde se atrincheraron durante 16 horas con un número indeterminado de rehenes. El Daily Nation aseguró que al final, detonaron sus chalecos explosivos.

Muchos cadáveres fueron trasladados a la capital Nairobi, según la Cruz Roja. La organización pidió en Twitter a los familiares de las víctimas ayuda para identificar a los muertos.

El gobierno keniata anunció el cierre indefinido de la universidad, situada a unos 350 kilómetros al noreste de Nairobi. Los estudiantes serán transferidos a otros campos, mientras se aumenta la seguridad en todas las instituciones públicas de enseñanza, informó el secretario de Educación, Jacob Kaimenyi, citado por The Daily Nation y otros medios.

La asociación de profesores del país había pedido al gobierno el traslado de los estudiantes a instituciones de áreas más seguras.

Además, la policía impuso un toque de queda nocturno en Garissa y sus alrededores hasta el 16 de abril.

Kenia ha ofrecido una recompensa de 20 millones de chelines (212.000 dólares) por el supuesto autor ideológico del ataque, Mohamed Dulyadayn, un antiguo profesor de una escuela coránica de Garissa.

La Unión Africana (UA) condenó en duros términos el que consideró un «ataque terrorista hostil» y un «acto barbárico». La presidenta de la organización, Nkosazana Dlamini-Zuma, defendió la intervención militar de Kenia en Somalia. El país «hizo un enorme sacrificio para estabilizar el país vecino».

El presidente somalí, Hassan Sheij Mohamud, señaló que el ataque muestra la necesidad de reforzar la cooperación contra el terrorismo entre su país y Kenia.

«El extremismo violento ha vuelto a atacar el derecho de la población de Kenia a una vida en paz y a la libertad religiosa», señaló por su parte la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, en Bruselas, que aseguró que la Unión Europea apoyará al gobierno de Kenia en la lucha contra el terrorismo.

Se trata del ataque más sangriento en Kenia desde el atentado con bomba contra la embajada estadounidense en Nairobi en 1998, en la que más de 200 personas perdieron la vida. En septiembre de 2013 Al Shabab asaltó el centro comercial Westgate en Nairobi, un ataque que se extendió durante varios días y que dejó al menos 67 muertos.

DC | DPA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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