Revista científica publica estudio panameño sobre terapia para niños con VIH

Una investigación liderada por científicos panameños, que busca medir la seguridad y la eficacia de un medicamento en niños infectados por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), es publicada por la revista científica The Pediatric Infectious Disease Journal.

Se trata de un estudio liderado por pediatras-infectólogos de la Unidad de Investigación Clínica del Hospital del Niño, desde donde hace 23 años se efectúan análisis enfocados en mejorar el tratamiento antirretroviral (medicamento que trata al VIH) disponible para niños infectados.

Este tuvo como objetivo demostrar seguridad, tolerancia y eficacia del Tenofovir en el tratamiento de niños infectados por VIH.

El trabajo fue llevado a cabo por los médicos Xavier Sáez-Llorens (quien lideró el estudio) y Elizabeth Castaño y Dora Estripeaut (coinvestigadoras), y publicado con el título A Randomized, Open-Label Study of the Safety and Efficacy of Switching Stavudine or Zidovudine or Tenofovir Disoproxil Fumarate in HIV-1–infected Children With Virologic Suppression.

La investigación fue hecha en conjunto con científicos de instituciones de Estados Unidos, tales como University of Florida Health Science Center, Children’s Hospital Los Ángeles, University of California en Los Ángeles, y St. Jude Children’s Research Hospital.

La forma más frecuente de transmisión del VIH en niños es la que ocurre entre una mujer embarazada y el feto (conocida como transmisión vertical o perinatal), afirman los autores locales. Esto ocurre cuando la mujer en gestación vive con el virus, y durante este período ella no tiene acceso a la terapia antirretroviral.

Un total de 372 casos de transmisión perinatal ocurridos en Panamá han sido detectados y notificados al Ministerio de Salud (Minsa) desde 1984 hasta septiembre de 2014, según el Informe Acumulativo de la Situación de Sida del departamento de Epidemiología del Minsa.

La Clínica de Terapia Antirretroviral del Hospital de Niño, que atiende la mayoría de los casos pediátricos en el istmo, ha registrado 23 casos de niños VIH positivos desde 2009 hasta 2014.

Lea en la siguiente página, más detalles de este estudio y de la situación que viven niños y jóvenes VIH positivos en torno al acceso a la terapia antirretroviral.

Luces para niños VIH positivos

Daniela*, a sus siete años, sabe que en su cuerpo habita un virus que hace que se resfríe si no se toma sus medicinas cada día. Son seis fármacos en total: tres en la mañana y tres en la noche. Su mamá le da la primera dosis a las 6:30 a.m., justo en el desayuno, antes de irse a la escuela, y la segunda a la hora de la cena, a las 6:30 p.m.

Los tres medicamentos que toma en dos dosis diarias se llaman Lamivudina, Zidovudina y una combinación de Lopinavir y Ritonavir. Se trata de fármacos antirretrovirales, una terapia que busca aumentar las defensas de la pequeña y disminuir el nivel del virus que lleva en su sangre: el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).

Desde muy chica, Daniela toma sus medicinas, igual que lo hace su mamá, quien mediante dinámicas de juegos ha logrado que su hija ingiera todas sus dosis, a pesar de que la presentación de algunos de estos fármacos puede llegar a ser muy difícil de tragar, al tratarse de pastillas de gran tamaño o de presentaciones en líquido de sabor amargo. Frases como “¡si tú te las tomas, yo me las tomo!” la han ayudado para estimular a su hija a consumir la medicina, cuenta su madre.

Por su corta edad, Daniela desconoce cómo llegó elVIH a su cuerpo. Cuando su mamá la llevaba en su vientre, esta se hizo la prueba de detección de VIH durante el sexto y noveno mes de gestación, resultando ambas negativas, por lo que la niña nació a través de parto natural y recibió lactancia materna.

Sin embargo, cuando la bebé tenía poco más de un año de nacida tuvo que ser hospitalizada en tres ocasiones por dificultades respiratorias, descubriéndose en esa etapa que la bebé había nacido con el VIH por transmisión del virus de la madre a esta.

Desde entonces, la niña y su progenitora empezaron a recibir la terapia para tratar el VIH, y hoy el nivel del virus en la sangre de ambas es tan bajo que está indetectable gracias al acceso que tienen al tratamiento. Esto le ha permitido a Daniela asistir al segundo grado sin ausentarse de sus clases por enfermedades oportunistas, e incluso su mamá le ha dado un hermanito, que ya tiene un año y que ha nacido libre del virus.

Detalles de un estudio

El caso de Daniela y su madre es un ejemplo claro del rol que tiene la medicina antirretrovial.

Por ello, los médicos panameños Xavier Sáez-Llorens, Elizabeth Castaño y Dora Estripeaut, todos pediatras-infectólogos del Hospital del Niño (HN) —en conjunto con instituciones estadounidenses—, realizaron una investigación que buscaba medir la seguridad y la eficacia de cambiar el esquema terapéutico de niños que viven con el VIHtipo 1, reemplazando los antirretrovirales Estavudina y Zidovudina por Tenofovir.

La investigación fue publicada en la revista científica The Pediatric Infectious Disease Journal.

En palabras de la doctora Estripeaut, coordinadora de la Clínica de Terapia Antirretroviral del Hospital del Niño, se trata de una revista de alto impacto en el gremio médico y una de las principales fuentes de referencia para infectólogos-pediatras y pediatras alrededor del mundo. «No es fácil que te acepten un artículo en una revista como esa. Para ello fue necesario revisar en múltiples ocasiones el escrito para responder a las preguntas de los revisores».

La muestra de esta investigación estuvo conformada por 72 niños que viven con el VIHtipo 1 (siendo el más frecuente, especialmente en América), y que son atendidos en la Clínica de Terapia Antirretroviral del HN, afirma el doctor Sáez-Llorens, líder del estudio y jefe del departamento de Infectología del HN.

El mecanismo de acción del fármaco antirretroviral Tenofovir, en comparación a la Estavudina y Zidovudina, es similar. «La diferencia fundamental entre estos está en el perfil de seguridad, inducción de resistencia durante tratamiento prolongado y posibilidad de usar una dosis única diaria», como es el caso de Tenofovir.

En cambio, la Estavudina y la Zidovudina se dan dos veces por día, inducen mayor posibilidad de resistencia a mediano-largo plazo y tienen distintos eventos adversos), explica el médico.

Triple terapia

Los fármacos antirretrovirales son aquellos medicamentos indicados para niños, jóvenes y adultos VIH positivos con el fin de disminuir la cantidad del virus en su sangre (el nivel de carga viral) y así aumentar el recuento de los glóbulos blancos CD4, encargados de las defensas.

El uso correcto de estos medicamentos previene que la persona que vive con el VIHdesarrolle el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida).

La terapia antirretroviral existente para adultos es la misma dirigida para jóvenes y niños; solo varía su presentación (tabletas o polvo para suspensión oral) y la combinación de tres fármacos (que pueden estar en una misma píldora o en forma individual).

En Panamá, el tratamiento actual que se brinda a niños infectados por el VIH es similar a lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud, afirma el doctor Sáez-Llorens.

Esta consiste, por lo general, en Zidovudina y Lamivudina, combinado con Lopinavir o Ritonavir.

En el caso de los niños, «la carga viral en sangre se disminuye significativamente después de uno a dos meses de terapia potente y continua. La respuesta es más rápida y sostenida en pacientes que no han sido tratados previamente».

La importancia de la detección

La mayoría de los casos de VIH en niños ocurre por la transmisión vertical, es decir, de madre a hijo durante el periodo de gestación, afirma la doctora Castaño, del departamento de Infectología del HN.

«No hay excusa para que nazca un niño con VIH, pero seguimos fallando a nivel primario en la detección temprana de la embarazada infectada para dar la triple terapia a partir de las 14 semanas de gestación. Se tendrá que buscar a las embarazadas en sus casas, porque muchas de ellas llegan a la maternidad sin control prenatal o una prueba de VIH y sífilis realizada».

La transmisión vertical en el país se ha mantenido en 4%, cuando lo ideal es su eliminación o disminuirla hasta menos de 2%, cita Estripeaut.

Dicha transmisión del virus de madre a hijo puede evitarse. La posibilidad de transmisión del VIH se reduce a menos del 1% siempre y cuando la mujer encinta reciba una adecuada terapia antirretroviral materna desde el primer trimestre de embarazo, se practique el parto por cesárea (solo vaginal si su carga viral es indetectable), no amamante al niño y se le suministre terapia profiláctica al neonato entre sus primeras cuatro a seis semanas de vida, aclara el doctor Sáez-Llorens.

Es por ello que la mamá de Daniela recalca que las mujeres embarazadas deben hacerse la prueba de detección de VIH de forma temprana. «Uno nunca sabe. Siempre se piensa que uno está bien de salud, pero si la embarazada tiene VIH y no se lo detecta a tiempo lo que vendrá más adelante será difícil y duro, en especial para el hijo que lleva en su vientre».

Lo cierto es que mañana, lunes, la niña tendrá clase de inglés, una materia que «se le hace fácil», dice su mamá, quien añade que su hija sueña con convertirse en médico para salvar a otros cuando sea grande. (* El nombre de la pequeña ha sido cambiado por confidencialidad).

Medicina para los niños que son VIH positivos

El Hospital del Niño, a través de su Clínica de Terapia Antirretroviral, atiende a cerca de 170 niños y jóvenes VIH positivos, proporcionándole medicamentos. Cuando hay desabastecimiento de un fármaco, la organización sin fines de lucro AID for AIDS –ubicada en el hospital- suministra las medicinas que necesitan para cubrir las necesidades de los pacientes.
En el último mes, el Hospital de Niño no ha contado con el antirretroviral Kaletra, que combina en una misma píldora Lopinavir y Ritonavir, afirma el doctor Xavier Sáez-Llorens, jefe de Infectología del hospital.
Por ello, AID for AIDS ha realizado una campaña a través de sus redes sociales para recolectar dicho fármaco. Todas aquellas personas que tengan algún frasco de Kaletra y que no lo estén utilizando pueden llevarlo a AID for AIDS, señala Roalmar Alviárez, coordinadora del Programa de Acceso a Tratamiento de AID for AIDS. «La medicina suministrada pasará por un control de calidad. Si otras personas quieren brindar apoyo monetario para comprar la medicina también sería de ayuda, porque necesitamos que los niños sigan tomando su medicina», agrega.

DC  | LP | Foto: Web

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