Con poderes especiales Maduro busca neutralizar una AN adversa

El gobierno trabajaba desde hace 15 días en el andamiaje “legal antiimperialista” que el presidente Nicolás Maduro presentó a la Asamblea Nacional para obtener por segunda vez poderes especiales para legislar.

La primera habilitante fue solicitada el 8 de octubre de 2013 y se alegó la lucha contra la corrupción y la “guerra económica”.

La segunda iniciativa surgió del Consejo de Estado, el Alto Mando Militar y el Consejo de Vicepresidentes de Gobierno, y luego le dieron cuerpo en la Procuraduría General, como consecuencia del anuncio del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de calificar al gobierno de Maduro de “una amenaza” para su país.

El objetivo principal de los poderes es, según Maduro: “Denunciar diplomática y políticamente en todas las instancias la agresión de Estados Unidos y demandar la ilegalidad internacional del decreto (de Obama)”.

La canciller Delcy Rodríguez ‏escribió en @Drodriguez: “Enviamos alerta a todos los movimientos de solidaridad con Venezuela de la grave amenaza que significa el decreto del Pdte Obama”.

El oficialismo observa que Washington declaró la “guerra” al país. El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, considera que las sanciones estadounidenses son un acto de intromisión en asuntos internos.

En un comunicado el Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana instó: “A cerrar filas ante esta agresión (…). Acciones de esta naturaleza esconden oscuros intereses de grupos de poder, internos y externos, que pretenden socavar la bases de nuestra gobernabilidad, estabilidad política y social”.

El CNE también rechazó las sanciones por considerar que buscan entorpecer las elecciones parlamentarias.

Blindarse ante pérdida parlamentaria. El paso de Miraflores tiene varias lecturas: 1.- el gobierno distraerá al país sobre la crisis económica con un lenguaje nacionalista; 2.- Maduro fortalece el carácter militarista del proceso, y 3.- endurece la línea contra la oposición.

Sin embargo, el historiador Luis Alberto Buttó y el constitucionalista Pedro Afonso Del Pino asoman un cuarto elemento: el oficialismo busca blindarse ante la posible pérdida del nuevo Parlamento, con disposiciones jurídicas que le permitan disminuir el protagonismo de sectores de la oposición y la eventualidad de que el Legislativo entorpezca sus acciones para instaurar el socialismo y el Estado comunal.

“La habilitante tiene un fin interno, más que combatir a un ‘adversario’ externo. El gobierno se prepara ante las elecciones y el hecho de que pierda el control del Parlamento, con la oposición con mayoría. Eso introduce un factor que no había en la última década: la existencia de un poder de contrapeso, que impediría la capacidad de maniobra del gobierno. En este momento no hay contrapeso y los poderes están alineados con el Ejecutivo”, dijo.

Buttó pregunta por qué el presidente pide habilitante para enfrentar una crisis con Estados Unidos si la legislación le facilita las herramientas. “Se podría pensar que persigue inhabilitar liderazgos, movimientos y organizaciones. Dudo que esté planteada una agresión militar. El gobierno con su lenguaje, con su retórica, magnifica el asunto; pero todos los presidentes, cuando atraviesan situaciones difíciles, de ingobernabilidad, apelan al nacionalismo. No es algo original. El fin es nuclear las posiciones. Es una práctica común de la revolución bolivariana”.

Del Pino sostiene que una habilitante no es la herramienta idónea ante un supuesto ataque militar de una fuerza extranjera. “La Constitución plantea los estados de excepción en caso de un conflicto bélico”, señaló, por lo que entiende que la intención real es electoral: “Los comicios parlamentarios lucen complicados para el gobierno. Hay leyes habilitantes que se han prolongado por muchos meses. Eso puede repetirse y el presidente quedaría habilitado más allá del actual período legislativo, que ya está languideciendo. Puede venirse un choque entre el Ejecutivo y el Legislativo”.

Por ejemplo, el 17 de diciembre de 2010, justo antes de que la actual legislatura se instalara en enero de 2011, los diputados oficialistas habilitaron a Chávez por año y medio.

Del Pino explicó que la habilitante y sus leyes pueden se derogadas por el Parlamento, pero alertó que se requiere el voto de las dos terceras partes, lo cual generaría conflictos: “Ha sido una costumbre inconstitucional aprobar leyes orgánicas sin los votos que exige la Constitución”.

La jugada del PSUV ante escenarios adversos es cambiar leyes y amoldar instituciones. El jefe de la fracción parlamentaria de la MUD, Stalin González, recordó que eso pasó en 2010, cuando  Chávez  cambió varias leyes orgánicas.

“La decisión de pedir la habilitante, más allá de defender la patria de un ataque imperialista, es para asegurarse cambios jurídicos porque están viendo como una opción real que la unidad sea mayoría”, señaló.

El presidente de VBR, Yoel Acosta Chirinos, hace otra lectura: “El tambaleante gobierno de Maduro trata de oxigenarse con discursos nacionalistas y que sus seguidores se distraigan en sentimientos patrióticos, con la finalidad de neutralizar el descontento y la irritación del pueblo ante las consecuencias económicas y sociales que ha traído la gigantesca corrupción administrativa en Cadivi, Sicad, Simadi y en toda la administración pública”.

“No podrán con Venezuela”
A las 6:20 pm el presidente Nicolás Maduro entró al hemiciclo de la Asamblea Nacional, donde luego de un discurso entregó el proyecto de ley habilitante, al cual se le dio la urgencia reglamentaria para ser aprobado en primera discusión.

“No podrán con  Venezuela, ni con amenazas podrán con  la patria de Bolívar. Cumpliré ese juramento a costa de mi propia vida”, dijo el presidente, que fue escoltado por el Alto Mando Militar, el vicepresidente Jorge Arreaza, la primera dama, Cilia Flores, y los vicepresidentes del Ejecutivo.

El presidente del Legislativo, Diosdado Cabello, le aseguró: “Cuenta con diputados chavistas, dispuestos con las circunstancias”.

En cadena nacional el mandatario dijo: “Asumo la responsabilidad por esta ley habilitante. Solicito poderes suficientes para defender la paz, la soberanía ante la amenaza imperialista. Los ataques de Estados Unidos son una aberración histórica”.

Maduro, que llevaba las insignias como jefe de Estado, reveló que conversó con presidentes de América Latina y el Caribe, quienes expresaron, según dijo, “indignación e incredulidad” de que Estados Unidos pueda considerar a Venezuela como una amenaza.

“Es falso, Venezuela es un territorio de paz, somos un país pacifista, no somos amenaza de nadie”, afirmó.

DC| EN/

Foto: web

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