68% del territorio venezolano es susceptible a contraer la enfermedad del Mal de Chagas, por Daniel Pereira

El de Mal de Chagas es una enfermedad parasitaria tropical, generalmente crónica, causada por el protozoo flagelado Trypanosoma Cruzi y trasmitida por triatomideos.

 

El vector principal para la transmisión del Mal de Chagas es el Vinchucas, del cual existen 16 especies en nuestro país que pueden o no contagiar el parásito productor de la enfermedad, el Trypanosoma Cruzi, a través de la picadura o de la ingesta de alimentos contaminados por sus heces. De estas 16 variantes de chipo, el Rhodnius prolixus es el principal transmisor, seguido del Triatoma infestans y el Panstrongylus geniculatus siempre que contengan el parásito.

 

“Este vector, que habita en zonas montañosas, bosques y zonas silvestres, en los últimos años ha sido invadido por la sobrepoblación rural y urbana, lo que ha traído como consecuencia la ocupación del hábitat natural del Chipo por parte de los humanos”, asegura la Dra. Joselyn Núñez, médico internista del Centro Clínico La Sagrada Familia.

 

Dijo que lastimosamente los humanos hemos ido invadiendo sus espacios, a nivel de los bosques, hemos estado ocupando su sitio, y se ha ido eliminando la fauna de la cual ellos se alimentaban en los bosques.

 

Por su parte, Andry Muñoz médico internista del Hospital Dr. Manuel Noriega Trigo en San Francisco, señala que en Maracaibo ni la zona sur hay Mal de Chagas. “Es una enfermedad tropical que cuando la observamos acá es porque vienen casos de las áreas rurales. Es una enfermedad sistémica, es decir, puede afectar múltiples órganos, aparatos y sistemas”.

 

Agente vector

Existen varios tipos de Chipos: Rhodnius prolixus, Triatoma infestans que son domiciliarios, triatoma maculata peri domiciliario, y el Pastrongylus geniculatus silvestre.

 

Son insectos hematófagos cuyo hábitat natural son las zonas boscosas, copas de arboles, malezas, matorrales, nidos de aves, madrigueras, gallineros, conejeras cochineras, palomares. En los espacios domésticos se pueden encontrar en rendijas, huecos, fisuras, grietas de paredes, techos, ropa, cajas, escombros y espacios desordenados y antihigiénicos.

 

Como en todos los insectos, el cuerpo está compuesto de tres regiones: cabeza, tórax y abdomen. Exteriormente podemos observar que la cabeza posee los órganos sensoriales, en el tórax están insertados los órganos locomotores y en el abdomen, el aparato reproductor y las aberturas respiratorias.

 

El chipo infectado es el que contagia

El insecto infectado deposita sobre la piel de la persona picada, heces y orina. Al rascarse la zona picada, el parásito entra por la herida en la piel. Otras formas de contagio pueden ser por transfusiones de sangre, infección transplacentaria o por alimentos contaminados por las heces y orina del chipo infectado.

 

La única forma de saber si el chipo está infectado es capturarlo vivo, colocarlo en un envase de vidrio, con entrada de aire para que respire y, en lo posible, colocar un algodón húmedo para que toma agua. En el distrito sanitario existe un laboratorio que determinará si está parasitado.

 

Síntomas

“Presenta síntomas generales como fiebre, malestar, dolor abdominal y la complicación más temida es la insuficiencia cardíaca; esta última produce disnea, edema de miembros inferiores, cansancio al caminar, se observa frecuentemente en desnutridos y en indígenas que viven en área rurales, casas con techos de palma”, acotó el internista Andry Muñoz.

 

Prevención

Mantener las viviendas limpias, ordenadas y en buen estado.

Evitar dejar ladrillos, tejas, madera y materiales de construcción cerca de la casa.

Limpiar detrás de los cuadros y muebles.

Alejar la cama, enseres y demás muebles de la pared.

Mantener el hogar libre de insectos a través de la fumigación.

Lavar bien los alimentos antes de consumirlos.

Mantener la casa ventilada y bien iluminada.

 

DC / Lcdo. Daniel Pereira / Periodista de Salud / @danielsaludable