¿Por qué hay más calor en la ciudad que en el campo? conozca las razones

Todo aquel que viva en una gran urbe sabe que hay más calor en la ciudad que en el campo. La gran concentración de personas y otros elementos conspiran a favor de esta diferencia de temperatura. Los científicos que han indagado en el asunto dieron con las causas que explican el fenómeno, así como con su posible solución.

Efecto aislante de calor urbano

Hay muchas razones por las cuales la ciudad es más caliente que el campo. Entre ellas se encuentran el efecto aislante de calor urbano que se crea cuando en un espacio pequeño hay tantas personas emitiendo calor y edificios altos que dificultan la evaporización.

Equipos eléctricos

Los equipos eléctricos expiden mucho calor hacia la atmósfera. Tan solo los aires acondicionados de una urbe pueden subir la temperatura un grado C por encima de lo normal.

Las edificaciones retienen calor

Las edificaciones y cualquier construcción de concreto retienen más calor que las plantas durante el día, para luego emitirlo en los horarios nocturnos. Por otro lado, la ciudad refleja menos la energía solar, por lo cual el calor se mantiene en su interior.

Diferencias geográficas y la convección

Recientemente los expertos han encontrado que el calor antropogénico influye pero no determina en las diferencias climáticas. Las causas determinantes parecen ser: las diferencias geográficas y la convección.

Las regiones de la ciudad y el campo tienen diferencias geográficas, desde la humedad hasta la vegetación que allí se desarrolla, factores que interactúan con el clima local. Las zonas rurales tienen una flora más profusa y agreste, lo que permite una mayor convección, o sea, más emisión de calor hacia la atmósfera.

En las zonas más húmedas, el calor se disipa con mayor dificultad; en cambio, en las más secas, la convección es alta, incluso si se trata de una urbe. Aquellas ciudades donde la humedad relativa es muy baja, el efecto aislante de calor es muy inferior al de las ciudades húmedas.

Posible solución al calor de las urbes

Restringir el uso de los equipos eléctricos no reduce el calor en las ciudades, pues ―como explicábamos anteriormente― las causas fundamentales no vienen del ser humano, sino de la geografía de cada zona.

La mejor solución para regular el calor urbano es aumentar la reflexividad de la ciudad, de modo que la energía solar se devuelva y la ciudad no absorba ese calor. Ello se logra pintando los techos de blanco u otro color que refleje los rayos del sol.

De este modo, se evita que haya más calor en la ciudad que en el campo y que tengamos obligatoriamente que irnos de vacaciones a las zonas rurales.

DC – BW

foto: Archivo

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