El futuro que nos merecemos

Hablar sobre el futuro implica establecer escenarios prospectivos que nos permitan vaticinar los contextos que se avecinan en el tiempo por venir, ciertamente el futuro puede verse incierto pero implica tomar las decisiones necesarias para lograr enfrentar con certeza las situaciones que puedan presentarse ya que seguramente habrán medidas que puedan cambiar el estado de las cosas y podrán estar bajo nuestra gobernabilidad, pero otras ciertamente estarán fuera de nuestro dominio, asunto por el cual nos corresponde ser previsibles.

Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / @AlfonsoZulia /dialogopublico@gmail.com

 

Aunque el futuro es incierto, dada la incapacidad que tenemos de manejar las amenazas externas, es decir los factores que ocurren en nuestro entorno que no pueden ser controlado por nuestras acciones; si podemos establecernos metas que nos permitan ir construyendo el futuro que deseamos y todo dependerá de la actitud que asumamos ante la vida, es un asunto de atención, de colocarnos metas claras, factibles y trabajar por ellas, sin perder el foco, en la medida que dirijamos toda nuestra atención y concentración en las cosas que aspiramos lograr, en palabras de Paulo Coelho el universo conspirará para ayudarnos a conseguirlas.

 

En tiempos de crisis el metalenguaje que se impone es el negativo, corren los rumores, los mensajes pesimistas, el desanimo y la preocupación sobre lo que está por venir, está comprobado  a través de estudios de gestión humana que la mayoría de las preocupaciones que atormenta a los seres humanos vienen derivadas por cosas que ya pasaron y no hay manera de cambiar y cosas que no han pasado y que en un 80 % de probabilidad no pasarán, es decir muchas personas están totalmente desenfocadas del presente, ancladas en el pasado y ansiosas por el futuro, sin considerar que los acontecimientos que vendrán, están directamente relacionados con la causa y efecto de las decisiones que tomemos hoy.

 

En tal sentido, se hace necesario enfocarse en el presente, asumir nuestra vida con una excelente actitud, es decir con pasión, con ganas, con deseos, con fuerza, automotivandonos constantemente sobre todo en los momentos en que la mente se distrae ante el bombardeo de las noticias negativas, somos producto de lo que escuchamos, leemos, vemos, y hablamos; si nuestra mente está enfocada en tragedias, fracasos y calamidades, eso es lo que atraerá hacia nosotros, simplemente es cuestión de actitud, producto de la ley universal, si acostumbramos juntarnos con personas negativas, alarmistas, y ancladas en el pasado, esa energía nos arrastra y termina por estancarnos también, ya que somos materia y absorbemos tanto la malas como la buenas energías, ambas son contagiosas.

 

Ante estos escenarios inciertos, lo inteligente, es enfocarnos positivamente hacia el futuro, trabajar con pasión por las cosas que podamos cambiar, el cambio global comienza por cada uno de nosotros, evaluar cómo está nuestra actitud ante la vida, a que le estamos dedicando nuestro tiempo, que cosas estamos leyendo, viendo, sobre qué temas estamos hablando; en las épocas que algunos llaman “crisis”, otros la llaman “oportunidades”, todo depende del cristal como se vea, finalmente vemos lo que queremos ver; mientras unos lloran quejándose por lo que perdieron o van a perder otros venden pañuelos para secar las lagrimas, estamos en tiempos de transición, asunto que nos obliga a cambiar nuestro enfoque ante lo incierto, la invitación es, a construir el futuro positivo que nos merecemos.

 

DC/ Abog. Alfonso Hernández Ortíz / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com

 

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