Salud física y emocional es el resultado de la asertividad.

Mónica Vargas / Licenciada en Comunicación Social / @monicavargascol

La asertividad es el equilibrio a la hora de emitir un mensaje, principalmente cuando una persona además de escuchar nuestras palabras puede leer nuestras expresiones, debemos pasar por corteza pre frontal como dirían los psiquiatras o llevar a análisis la información que emanamos con todo nuestro ser: tono de voz, movimientos bruscos, miradas, gestos que reflejen ofuscación o sumisión según sea el caso.

Normalmente no disponemos de horas ni días en nuestra convivencia cuando debemos responder y controlar la emoción que nos embarga para que nuestro mensaje sea efectivo, pero podemos manejarnos mejor una vez que tenemos esta información.

 

La asertividad es un bote salvavidas en un mar de problemas, es la comunicación efectiva porque logra resultados.

 

En una línea recta la pasividad está al extremo izquierdo, podría representar el menos cero, la asertividad al centro de la recta como manera ideal de comunicación, y al extremo derecho encontramos la agresividad o no asertividad.

 

La pasividad es ese momento en el que dejamos la idea que nos mueve dentro, nos callamos, somos sumisos, tenemos miedo de la respuesta y nos tragamos nuestro pensar respecto a determinada idea o situación. Si logramos decirlo no tenemos la capacidad de defenderlo y esto nos genera frustración, baja autoestima, y mucha más falta de confianza de la que ya posee una persona con este comportamiento, por eso debemos eliminar esa opción, no debemos callarnos, debemos saber decir.

 

La Pasividad en la comunicación además genera ego en la otra parte para saber someternos en los consecuentes debates.

 

Por otra parte la agresividad se refleja cuando nos aferramos a ideas sin razonar, cuando no escuchamos y mostramos nuestro desacuerdo ofendiendo a la otra parte y provocando ofuscación, conflicto y ruptura de relaciones.

 

Tanto la pasividad como la agresividad generan incluso efectos físicos lamentables, ambas situaciones (producto del estrés) permiten que se libere en nuestro torrente sanguíneo cantidades de corticoides responsables de enfermedades crónicas como el cáncer y otras.

 

En cambio la asertividad es el paraíso del emisor, te deja salir victorioso, es ese estado ideal que debemos procurar en la comunicación.

Asertividad es exponer nuestras ideas de la manera correcta y en el momento adecuado, los puntos en desacuerdo generan fricción a largo plazo que hace perder la perspectiva del trabajo en equipo, abarcando todos los equipos a los que pertenecemos en nuestras vidas.

 

Nada puede hacer que en determinado momento las circunstancias te lleven a sentirte tímido, retraído o por el contario con un ataque de ira, pero siempre saldrás mejor librado si aplicas la intelectualidad y buscas la manera adecuada de decir lo que sientes sin generar un problema mayor. Una vez que tienes esta consciencia puedes accionar desde el raciocinio, escuchar, aceptar y negociar. Si en ese momento no logras triunfar sobre tu receptor es importante recordar que al menos podrás mantener una relación luego de dicha discusión, quedarás como un ser respetable por defender elocuentemente tu punto de vista y te evitarás la pena moral que dejan las palabras ofensivas hacia personas que forman parte de nuestro entorno.

 

La Asertividad suele tratarse como un tema empresarial pero en realidad dominar este tema te hará lograr una sana convivencia familiar y amorosa. Nada genera más roce que la cotidianidad y reflexionar antes de emitir un sentimiento nos salvará de grandes dramas que seguramente todos estamos dispuestos a evitar.

Un poco de reflexión no está de más y nos cuesta poco.

 

Desde tiempos remotos se maneja este concepto aunque sin nombre, lo encontré estudiando uno de mis libros favoritos y descubrí este sabio mensaje:

Proverbios 30:33 Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, y el que recio se suena las narices sacará sangre; Y el que provoca la ira causará contienda.

 

También en Proverbios 25 y 26 encontré estos fragmentos que nos atañen en comportamiento a la hora de expresarnos

P25:“El altivo de ánimo suscita contiendas…”

P26:”… más el que camina en sabiduría será librado”

Más claro no se puede… Esta es la mejor referencia que les pueda dejar.

 

DC/ Lcda. Mónica Vargas / @monicavargascol

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