Bosnia: La indefinible emoción de la primera vez (Grupo F)

En la vida siempre existe una primera ocasión para todo, una experiencia desconocida en la cual te adentras con la incertidumbre de la ingenuidad y la emoción de lo que no se conoce,  terminando siempre con la extraña sensación de saber que la inocencia de la cual eras dueño, se ha reemplazado por un aprendizaje que para bien o para mal, suele llevarnos al inevitable viaje de la madurez.Es por eso que la primera vez siempre es imposible de olvidar, y este, es el caso de la selección de Bosnia, al ser la única debutante en esta Copa del Mundo.

La escuadra europea se caracteriza por tener una historia corta y violenta, al ser uno de los fragmentos que dejó la sangrienta guerra de Yugoslavia, la cual término con dicho  país hecho pedazos, y dividido en diferentes naciones ahora independientes. Lo cierto es que Bosnia encontró su máximo refugio en el fútbol, siendo un equipo que después de Serbia y Croacia, representa la máxima potencia del otrora país yugoslavo.

Nacida su federación apenas en 1996, los “dragones” clasifican por primera vez en su historia a un mundial, gracias al glorioso florecimiento de una gama de jugadores que serán recordados para toda la vida en su país, al ser figuras en los mejores equipos del mundo, e hilvanar entre ellos, un fútbol que hace de la selección bosnia, un conjunto que aparte de su gran calidad, se caracterizan por plantarle cara a cualquier equipo del mundo, sin importante el nombre o la camiseta que tengan.

Así mismo, cuentan con la ventaja de llegar como el equipo nuevo, al cual al no podérsele  exigir nada, los mantiene alejados de una presión que al no estar pesando sobre sus hombros, facilita la posibilidad de una sorpresa,  y si no me creen pregúntenselo a los croatas en el mundial del 98.

La escuadra dirigida por Safet Susic (quien según muchos es el mejor jugador bosnio de todos los tiempos) cuenta con la grandeza de tener una defensa solida y ordenada, un mediocampo creativo y distribuidor, y una delantera tan afilada como una espada. Y es que en la etapa clasificatoria al mundial, los bosnios solo recibieron seis goles, y marcaron treinta, una cifra solo superada por superpotencias como Holanda, Inglaterra y la gigante Alemania.

Con estrellas como Edin Dzeko y Miralem Pjanic, Bosnia llega a la cita mundialista luego de la amargura sufrida en las eliminatorias del mundial pasado, al ser eliminados por Portugal en repechaje, luego de haber desplegado un fútbol que los hacía merecedores de la clasificación. Sin embargo, aun cuando se temía que esta generación se quedase sin mundial, los bosnios mejoraron aun más su juego, clasificando con solvencia al ganar ocho de sus diez partidos.

Más allá de su inexperiencia en estos certámenes, la escuadra bosnia prepara sus armas y sus mariposas estomacales, a sabiendas de que por ser su primera vez, cualquier pequeño detalle será considerado como algo glorioso e inolvidable. Nadie disfrutará tanta como ellos.

Fortaleza: Alta capacidad goleadora con un mediocampo creativo y una delantera efectiva.

Debilidades: La  marcada inocencia colectiva al nunca antes haber disputado un mundial.

Luis Orozco/@DiarioContraste