Cuando el anunciador pronunció su nombre por megafonía, antes del encuentro frente a Osasuna hubo división de opiniones. Después, los ultrasur comenzaron a corear su nombre y entonces los silbidos desde la grada subieron de tono.
Tampoco hubo demasiadas pancartas y la mayoría de las que asomaron fueron favorables al portugués. En la de mayor tamaño se leía Mou, te queremos. Otro proclamaba: «Gracias Mou». En la zona de los aficionados radicales se desplegó una bandera con su imagen y casi al final otra, en la que se podía leer: «Mourinho, gracias por luchar contra viento y marea». También pudo leerse alguna inscripción crítica: «Hasta nunca, Mou».
Mourinho salió muy tarde, justo cuando comenzaba el encuentro, para evitar las fotografías. Eso originó un remolino de cámaras que obligó al colegiado a pedir que se dispersaran cuando ya iba un minuto de juego para que no se entorpeciera el desarrollo del juego.