Venezuela lidera compra de armas en América Latina

Sin embargo, si necesita desmantelar el inventario del mayor comprador de armamentos del país, debería comenzar por sí mismo. Según las cifras del Instituto de Investigaciones de Paz de Estocolmo (Sipri por sus cifras en inglés), la institución con la mayor base de datos mundial sobre transferencia de armas,

Venezuela es el único país de América Latina que aparece entre las 20 naciones que más adquirieron equipamiento bélico entre los años 2008-2012. En ese período nuestro país, ubicado en el puesto 13 del ranking, habría importado 2% del total de venta de armas a escala mundial, una cifra no menor si es comparada con la India, que siendo la mayor compradora acaparó 12% de las transferencias bélicas a escala planetaria.

La carrera armamentista del Estado venezolano no es una tendencia nueva. Un estudio de la ONG venezolana Laboratorio de Paz, basada en las cifras del Sipri, demuestra que entre los años 1980 y 2010 Venezuela se posicionó cómodamente en el segundo puesto, detrás de Chile, como el país de la región que más compró armamento gastando, durante esas tres décadas, un monto de $6.934 millones.

De esta cantidad casi 50% del monto total fue para adquirir aviones de combate ($3.472 millones), seguida por barcos ($1.727 millones) y los misiles  ($676 millones).

Un dato interesante es que entre los años 1980 y 2010 no fue Estados Unidos, como comúnmente se cree, el país que más exportó armas a la región, vendiendo en total ($8.891 millones).

En primer lugar, con un monto mayor se ubica la actual

Federación Rusa que vendió ($9.272 millones) a los países de la región. Precisamente son los rusos los que lideran la actual exportación de armas a nuestro país. La década de los 80, cruzada por guerras civiles y enfrentamientos bélicos en la región, fue el período en que América Latina gastó más en armas, erogando un total de $25.583 millones.

Según el Sipri mientras el resto del mundo disminuye o estabiliza la adquisición de equipamiento bélico, Latinoamérica es la única región donde las cantidades han continuado aumentando, incomprensible en una época caracterizada por la progresiva ausencia de conflictos armados internos o entre países.

Datos de 2012

Durante el año 2012 Venezuela importó armamento por una cantidad de ($643 millones), 6,8% más que lo gastado un año antes, cuando pagó ($602 millones) por las armas adquiridas en 2011. El 63,7% de las armas compradas el año pasado fueron adquiridas a Rusia ($410 millones de dólares), 17,8% a China y un 8,5% a España. Otros montos menores fueron negociados con Ucrania, Holanda, Alemania y Suiza. Comparando el monto global con la Ley de Presupuesto 2013, el gobierno venezolano gastó más dinero en compra de armas que en instituciones que afirma son sus abanderadas en las políticas sociales, como el Ministerio de Comunas y Protección Social, Agricultura y Tierras, así como Vivienda y Hábitat.

De hecho, la carrera armamentista endógena gastó tres veces más en armas que en el Ministerio del Servicio Penitenciario, 3,5 veces más en equipo bélico que lo destinado a deportes y cultura, 9,3 veces más en armamento que lo destinado al Ministerio de la Mujer y 19,6 veces más en instrumentos para la guerra que lo destinado para el Ministerio de Pueblos Indígenas.

De lo gastado en 2012, 37,7% ($240 millones) fue usado para adquirir vehículos armados, 17,8% ($115 millones) en aviones y 14,6% ($94 millones) en sistemas de defensa aérea. El resto se reparte entre misiles, sensores y barcos.

Fábrica de matar en el país

En junio de 2005, Venezuela adquirió 100.000 fusiles de asalto Kalashnikov AK-103 (una variante del clásico AK-47) a la Federación Rusa en una transacción por valor de $54 millones.

Según las notas de prensa, el objetivo era introducir ese tipo de fusil de asalto «como arma de uso común en la Fuerza Armada Nacional».

La orden de compra incluyó accesorios: 74 millones de cartuchos calibre 7,62×39 mm, dos mil juegos de repuestos, 50 juegos de calibradores, dos mil manuales de empleo y cinco simuladores unificados para entrenamiento de tiro con el fusil. El negocio, además, incluía la transferencia de tecnología con lo que Venezuela se convertirá en el único país fabricante de AK-47 y sus variantes en la región.

El seguimiento del convenio ha sido difícil por la opacidad de las informaciones. Ha sido el embajador de la Federación Rusa en Caracas, Vladimir Zaemskiy, quien recientemente anunció que la fábrica criolla de AK-47 comenzaría a operar en 2012: «Siendo optimistas», declaró el diplomático, «esperamos que la obra esté culminada a finales de este año o principios del año entrante».

En un informe realizado en el año 2006, Amnistía Internacional calificó a los fusiles Ak como «la máquina de matar preferida en el mundo».

 

 

DC/ÚN

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