DURAS REFLEXIONES ANTE DEL 14-A

No obstante, debemos guardar el sentido de las proporciones y sobre todo el de la realidad. No olvidemos, el alto grado de frustración colectiva de las recientes pasadas elecciones presidenciales, donde sentíamos el haber ganado, cuando en realidad perdimos y así fue aceptado de inmediato por el mismo candidato de forma muy inesperada, para decirlo de forma más sutil.

Entendemos que para los políticos profesionales toda campaña electoral es casi un «tiempo de profunda dinámica» para vender una quimera, un sueño y una ilusión; pero, con una sola finalidad, alcanzar el Poder e intentar transformar la realidad. Es verdad que el señor Maduro, no es, ni remotamente el líder carismático que todos le reconocimos al ex-caudillo, pero también estamos viendo a un Capriles Radonski mucho más seguro de sí mismo y luchando contra el reloj, prácticamente sin cometer errores y con la eficiencia de una voluntad inquebrantable al servicio de una causa que muchos compartimos.

En sentido real, es difícil que las bases chavistas voten significativamente a favor de nuestro candidato y no porque les agrade el señor Maduro, sino, porque es el depositario de la voluntad del ex presidente y eso el fanatismo lo respeta. Además, subestimar al PSUV y su famosa «Operación Galope» (mejor, Remolque), a partir de las 4 pm fue muy exitosa. Militancia, Ejército y milicianos, sacaron hasta debajo de las piedras a los «renuentes»; pero, es que además, en todo caso, votarían Nulo o por otra opción perdedora, pero por candidato de la democracia, les será cuesta arriba.

Por otra parte, es posible que el fantasma de la abstención, también nos golpee al pais aunque esperemos que no significativamente. Igualmente, si no nos acercamos a un techo de unos 2.000.000 de votos más que lo obtenido en la pasada contienda, mucho me temo que no vamos para el «baile». Tampoco, dejemos de tener presente, la disposición de todos los PODERES PÚBLICOS puestas al servicio del señor Maduro mas el poder persuasivo del «Tesoro Nacional».

Por último, resaltando algunas de tantos acontecimiento nacionales, esa afirmación de pensar, que eso del interceder del «fantasma” para nombrar al entonces Cardenal argentino, Papa de la Iglesia católica, pasando por hacer presente a un cadáver como si estuviese vivo y omnipresente, hasta llegar a la patochada de una reencarnación del ex Jefe del Estado en un pajarito silbón, es inaudito oírlo a subienda que estas situaciones son conductas de gente poco seria. De esto nos preguntamos ¿Pero, quien ha dicho que somos un país serio?, si llevamos catorce años de bizarrear de forma extrema y asfixiante. 

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