EL PARADIGMA URIBISTA

Frente ante tal fenómeno histórico es  pertinente, entonces, indagar sobre las causas del éxito de Uribe en su gestión presidencial. El mismo Presidente en su reciente autobiografía  “No Hay Causa Perdida” nos da  indicios de las razones de su éxito, las cuales yo denomino “el paradigma uribista”:

1) “Trabajar, trabajar, trabajar”. Su irrefrenable energía e indomitable capacidad de trabajo se convirtió en leit motiv de su gestión, y ejemplo no solamente para su equipo, sino para  el pueblo colombiano.

2) Transparencia y coherencia. El Presidente Uribe tuvo como  norte de su gestión el que ésta fuera transparente y manteniendo una incólume coherencia entre el decir y el actuar.

3) Poner siempre el interés del país sobre sus intereses políticos o electorales.

4) Seguir al pie de la letra su política de Seguridad Democrática para enfrentar el narcoterrorismo en nuestro país.

5) Mantener sus inamovibles frente a las FARC

6) Crear confianza a través de un verdadero diálogo con el pueblo colombiano.

7) Complacer a los colombianos satisfaciendo su anhelo de paz y seguridad.

8) Combinar la visión macro con el involucramiento en los detalles de la ejecución.

9) Sin olvidar que el tema central de su gobierno era la Seguridad Democrática, trabajar ésta en conjunto con la confianza inversionista y la cohesión social.

10) Oír “a todo el mundo “y mantener permanente contacto con el hombre de la calle.

Este “decálogo” resume pues el éxito de Uribe como Presidente. El hecho de haberle cumplido al país su promesa de luchar contra las FARC y brindarle paz y seguridad a los colombianos, le aseguró mantener el apoyo incondicional de su pueblo, y el haber mantenido su verticalidad, honestidad y sinceridad, lo mantiene como el político más popular de su país.

Contrario a  este paradigma uribista  está la deslealtad a los principios que ha demostrado el Presidente Santos, al no ejecutar el mandato que le dieron los colombianos cuando lo eligieron; a pesar de la frontal guerra que por todos los medios (y en medio de una hipocresía tenaz) ha desatado Santos, ésta no logrará  debilitar el abrumador apoyo popular de Uribe, precisamente porque el pueblo agradece su línea de acción arriba explicada, frente a la traición a los principios, la demagogia y la ineficacia de este gobierno. Es por ello que se augura un abrumador éxito electoral al movimiento de Centro Democrático recién lanzado por Uribe, a sus listas cerradas al Senado y Congreso encabezado por él, y este triunfo propulsará al que finalmente sea elegido como candidato presidencial uribista. Éste, además de seguir los principios doctrinarios del movimiento, debería en la medida de lo posible, obviamente adaptado a su personalidad, imitar el “paradigma uribista”.