Un policía de honor

Para muchos, lo más admirable es que ese noble gesto humanitario lo realizara un policía, toda vez que generalmente se les asocia como personas insensibles, agresivas y otros calificativos negativos, más aun, laborando en una ciudad tan dura como esa. Informaciones como estas reflejan la verdadera razón de ser policía: el servicio al prójimo.

Y es que dentro de las filas de los diferentes cuerpos de seguridad del mundo, existen hombres y mujeres nobles, íntegros y con una vocación de servicio a toda prueba, que los lleva a entregar sus propias vidas por salvar y proteger a las víctimas de la delincuencia. Gran parte de estos héroes anónimos continúan su ardua labor, aun en contra del desprestigio en el cual pudieran involucrarse otros funcionarios, del mal pago, falta de beneficios laborales y escasos recursos para cumplir su labor. Son funcionarios con una mística de trabajo permanente, llevando su rol de policía en su personalidad, más allá de haberse despojado del uniforme y su chapa.

Son ellos quienes forman los pilares de las instituciones pues se convierten en un modelo, guia y ejemplo vivo del espíritu policial.

Es justo reconocer y honrar a estos “ángeles de la guarda” con los cuales nos habremos tropezado muchas veces para que su trabajo sea más liviano.

Para ellos, cuyos nombres y acciones Dios los conoce perfectamente, entrego este pensamiento: “Un policía de honor, no necesita mást estigos que su conciencia”