Locutores responsables de la broma a la familia real británica pueden ir presos

La estación de radio australiana 2DayFM, para la que trabajan los locutores, informó que entregará una indemnización por 524 mil dólares a los familiares de la enfermera que, aparentemente, se suicidó por este hecho.

Expertos aseguran que enfrentarían cargos no por la muerte de la enfermera, sino por transmitir una conversación privada sin permiso de los participantes.

La broma de la semana anterior generó una oleada de condenas, tras la muerte, aún no explicada, de una enfermera que contestó la llamada y que ayudó a que los dos locutores obtuvieran información confidencial sobre la salud de la duquesa Catalina, quien está embarazada y se internó por un cuadro de náuseas severas.

Los infractores podrían ser sentenciados a prisión, pero se desconoce qué trabajador o ejecutivo de la emisora 2DayFM o de su empresa matriz Southern Cross Austereo tomó la decisión de difundir la llamada.

Los locutores han dicho que la llamada tuvo autorización de ejecutivos, pero una ex conductora de 2DayFM, quien orquestó muchas bromas para la estación, dijo que los locutores siempre estaban involucrados en esas decisiones cuando ella laboraba ahí.

Southern Cross Austereo intentó comunicarse con el hospital en cinco ocasiones para aclarar la índole de la llamada. Pero Barbara McDonald, experta en asuntos legales de privacidad, dijo que ese argumento sería insuficiente para el descargo de la radiodifusora.

La Ley de Dispositivos de Escucha del estado de Nueva Gales del Sur prohíbe la transmisión o grabación de conversaciones privadas sin el permiso de los participantes. Las infracciones se sancionan incluso con cinco años de prisión y con una multa de hasta 55.000 dólares australianos (58.000 dólares estadounidenses).

Las autoridades australianas han dado pocos detalles sobre cualquier posible investigación. La policía estatal ha señalado solo que se ha mantenido en contacto con sus colegas londinenses, y que está dispuesta a apoyar cualquier investigación que se abra en Gran Bretaña.

Los locutores Mel Greig y Michael Christian llamaron al Hospital Rey Eduardo VII de Londres, la semana pasada. Fingieron ser la reina Isabel II y el príncipe Carlos, y pidieron información sobre la duquesa.

DC/AP

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