Aunque solo fueron cuatro meses los que trabajó en el área de admisión de la clínica Izot, la joven dejó buenos compañeros de trabajo, quienes la apreciaron por hacer las cosas bien.
“Estaba llena de sueños y quería hacer muchas cosas”, dijeron los hermanos de la infortunada, al tiempo que explicaron que era una joven con una conducta intachable.
Yohanka estudiaba octavo semestre de administración, sólo un año le faltaba para cumplir con otra de sus metas profesionales.
A esta hermosa mujer el destino le truncó la vida cuando en medio de una balacera, uno de los proyectiles entró en su frente y se quedó alojado en la cabeza.