Lágrimas de adiós

Familiares, amigos y funcionarios de la Fuerza Armada Nacional se presentaron en el cementerio San Sebastián para darle el último adiós al ahora Sargento Primero.

María Atencio, madre del efectivo militar, dijo que su hijo fue valiente. "No murió llorando, murió cumpliendo con su deber".

El joven militar ingresó a las filas de la Guardia Nacional el 15 de junio de 2011, su hermano mayor pertenece a la aviación, al verlo uniformado le comunicó a su madre que él también iría a la escuela, y ella lo apoyó.

 

La última vez que María Atencio vio a su hijo fue hace una semana, le dieron permiso y vino a encontrarse con su familia. Le trajo dinero a su mamá para que pagara una obra de albañilería que le están haciendo al humilde rancho en el barrio Arca de Noé, donde habitan María y sus hijas.

Jairo le prometió a su madre regresar a principios de septiembre, le dijo que le traería más dinero para seguir la construcción, sin embargo su cuerpo llegó antes de lo previsto.

Adiós compatriota

El General Goncalvez estuvo al frente del acto de ascenso, donde le concedieron la Orden Cruz de la Fuerza de la Guardia Nacional en su segunda clase.

El General le brindó unas palabras de aliento a los seres queridos de Atencio, quienes lloraban desconsolados alrededor de la urna blanca cubierta con una bandera venezolana.

Monseñor Nolberto García, obispo de la diócesis de San Lorenzo en la región Guajira ofició la homilía de despedida

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