El partido, por Golfredo Dávila

Recientemente Vanguardia Popular – Zulia celebró dos exitosos talleres, en el marco de los preparativos de la Conferencia Nacional a realizarse el mes de marzo de 2015. Ambos de extraordinario significado en tiempos de escasez, no precisamente la de productos, sino del debate político al interior de los partidos que por décadas ha estado ausente. Creemos que la construcción de la alternativa que responda a la dura crisis del país, que diseñe el programa de cambio para la Venezuela que soñamos todos, pasa por el diálogo, la confrontación de ideas y el encuentro cotidiano con la dinámica social.

 

El primer taller sobre la democracia y los valores, brindó pautas para optimizar mecanismos que contribuyen a frenar el espantoso retroceso de la democracia y el avance de los antivalores en la sociedad venezolana. La democracia no es un simple mecanismo de participación política o social, se trata de vivir la democracia, construirla como cultura de vida, que no es vivir en la democracia, lo que implica asumir con responsabilidad nuestros actos y sus consecuencias ante la sociedad, vivir en la dignidad, respetando la de los otros y sus maneras de vivir, haciendo lo posible por la construcción colectiva de un proyecto común de convivencia. Esta manera de entender la relación entre los humanos, de respeto de tolerancia y reconocimiento del otro en su dignidad, es una respuesta a los antivalores, muchos de los cuales engendra este poder corrompido que niega e irrespeta al otro, que manipula y miente, caldos de cultivo para la violencia y el crimen que ha causado la terrible cifra de 200 mil asesinatos en 16 años de chavismo y una impunidad del 94%.

 

La militancia del partido es activa, crítica y asume su accionar como un apostolado de servicio a la gente, con principios orientados por un claro compromiso social y unas sólidas bases éticas y morales, además de mantener conexión con la gente y la política. Pero eso no es suficiente, por ello el segundo taller se refirió a la construcción y desarrollo del partido y su perspectiva frente al país, en el marco de un esfuerzo individual y colectivo para la formación política, para el análisis de la realidad concreta, para conducir al pueblo en momentos de crisis. Allí se tocó la debacle que desde 1980 viven los partidos políticos y su cruce con la crisis nacional. Como se sabe, estos instrumentos perdieron su esencia, se burocratizaron, se corrompieron y cercenaron la democracia para dilucidar colectivamente su política, causando incredulidad, frustración y rechazo por parte de la sociedad. Ahora bien, con la crisis de la vieja política, aparece la antipolítica de clara inspiración irracional, alimentada por la frustración, la desesperación y el inmediatismo, fue convertida en un mecanismo para hacerse del poder, ella se aparea con la sumisión, el ordeno y mando y con los partidos de maletín, construidos para hacer negocios.

 

Hay partidos que asumen el poder como un fin, se inflan con la clientela, no les importa el pueblo ni la solución de los problemas del país, su afán es solo eternizarse allí. Es básico internalizar y exteriorizar que el poder es un medio para garantizar condiciones de existencia dignas para todos: igualdad social, libertad, justicia, progreso, bienestar, soberanía y democracia, que los conduzcan al logro de la satisfacción de todas sus necesidades materiales y espirituales, a su realización plena como seres libres de toda forma de opresión, explotación, dependencia, alienación, iniquidades e injusticias.

 

Vanguardia Popular como partido de izquierda y democrático debe, también, desentrañar las confusiones y complejidades que implican tener en el poder a un régimen que se dice de izquierda y socialista, pero que al contrario es profundamente reaccionario, conservador y antipopular. Es lamentable que su fracaso sea percibido como el fracaso de la izquierda en el gobierno y que algunos sectores por reacción frente al discurso y la práctica oficialista acojan ideas de derecha. La verdad de dicha anomalía es que la polarización y el enfoque maniqueo, ha impedido una caracterización correcta del régimen. Sin embargo, en pro de nuestras formulaciones, se debe destacar que el fracaso de estos nuevos oligarcas no induce a las mayorías a alejarse de las ideas del progresismo, del compromiso social, la inclusión, la lucha contra la pobreza, la democracia efectiva y la defensa de la soberanía, por el contrario, crece el rechazo a los modelos autoritarios, militaristas de vocación totalitaria y negadores de las libertades y los derechos humanos.

 

Vanguardia Popular hará un esfuerzo por colocarse al frente de los procesos de lucha, por unir a la Venezuela decente, por lograr eficacia y claridad de rumbos, al tiempo en que combate el pragmatismo, la burocracia y las prácticas perversas de quienes han contribuido a degradar la política, enfrenta la corrupción, los antivalores que carcomen a la sociedad y sus instituciones. Este país saldrá adelante con trabajo, con producción de bienes y servicios, con un Estado eficiente y democrático y recuperando las instituciones, entre ellas los partidos que están llamados a innovar y a construir nuevas formas de hacer política.

 

DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila

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