Ángel García Banchs: La buena noticia es que esto va a empeorar

El economista Ángel García Banchs, director de la firma Econométrica, evaluó las distintas opciones que tiene el Gobierno por delante, asegurando que muchas de ellas llevarían a un incremento aún mayor de la inflación excepto por la unificación del control de cambios.

Así lo dijo en el foro de coyuntura de Econométrica que se realizó bajo el lema de “¿Una luz al final del túnel?

A continuación la última parte de su presentación.

Al barajar las opciones que tiene por delante el gobierno, García Banchs manifestó que seguir imprimiendo bolívares sin devaluar implicaría que se incrementaría lo que él ha denominado como escastanflación (escasez con estancamiento e inflación). “Simplemente porque seguiría la distorsión de precios relativos, al igual que el contrabando, la sobrefacturación y el déficit del Fisco”.

Mostró una lámina en la que se observaba que el ingreso de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) producto de su actividad petrolera solo le generaba 1 de cada 3 bolívares, mientras que los otros 2 provenían de la impresión de los pagarés (i.e. la impresión de dinero).

La otra opción que tendría el gobierno, a juicio de García Banchs, sería devaluar sin unificar, pero eso solo podría atenuar el problema fiscal mas no el problema de la balanza de pagos y de la economía real, y que finalmente, en este caso, se dispararía la inflación sin acabar con la escasez, tomando en cuenta que continuaría la sobrefacturación y el contrabando; en ese caso, no aumentarían ni las importaciones ni la producción al seguir secuestrada la oferta de dólares del Estado sin aparecer la oferta privada.

En otra lámina que mostró se proyectaban los diferentes esquemas de cambio que existen hoy, donde se evidenciaba que en el mercado de 6,30 es donde se hace la mayor parte de las transacciones del Estado, que aparece un supuesto Sicad que no existe, como hay un Simadi que tampoco existe de 200 bolívares y por último el mercado de 800 que existe para muchos “de los hoy presentes”.

Dijo que si desaparecieran todas estas tasas y se mantuviera una sola de 50 bolívares, no serviría de nada a su juicio, puesto que seguiría el control cambiario (al menos dos tasas de cambio). Enfatizó el término unificación que, al menos en castellano, dijo, viene de uno y no de dos; devaluar sin unificar implicaría que la demanda a tipo de cambio oficial seguiría siendo infinita para revender con una ganancia en el mercado paralelo, concluyó entonces que “la única solución a este punto, sin inventarios, es la unificación cambiaria (el fin del control de cambio), la fijación de un solo precio del dólar para todos tal y como ocurre en el 99% de los países del planeta”.

Descartó la solución del problema del déficit a través del financiamiento externo, pues un dólar adicional que entre a nuestra economía se iría por “una cañería”: la de la sobrefacturación y del contrabando. Por tanto la única solución es que el control de cambio se acabe.

“Si entran dólares a la economía nacional no hay garantía de que esos dólares se conviertan en una factura de importación, ya que hay muchas deudas del sector p se transforman en una factura de exos ddicontrol de cambio.úblico y privado heredadas del pasado. En segundo lugar, de la parte de esos dólares que sí se transforman en una factura de importación estimamos que aproximadamente 2 de cada 3 dólares se convierten en sobrefacturación, y del dólar que sí se transforma en mercancía, aproximadamente un 25 ó 30 por ciento se va en contrabando”.

Infirió que sólo un 75% de esos 3 dólares va al consumo interno, lo que significa 1 de cada 4 dólares. “Es que la importación no es un negocio comercial sino un negocio financiero, y mientras exista un control de cambio seguirá siéndolo”.

En otra de sus consideraciones sobre este tema indicó que nosotros necesitamos 800 bolívares para comprar un dólar, mientras que las mafias con 100 bolívares compran 16 dólares a tasa oficial, lo cual demostraba que hay dos monedas, pues 100 bolívares del venezolano común no compran lo que compran 100 bolívares de la mafia; la razón es sencilla: ellos pueden conseguir un dólar a un precio mucho más bajo.

“Entonces esto es lo que tenemos hoy en Venezuela: un conflicto entre una mafia que tiene 130 veces el poder de compra nuestro y nosotros, 30 millones de personas que estamos sufriendo penurias en términos de escasez y alto costo de la vida”.

Trajo a colación el caso cubano, donde también existen dos monedas: el peso cubano convertible y el peso cubano tradicional, monedas entre las cuales la relación siempre ha sido de 25 a 1. “En Venezuela Chávez nunca dejó pasar el diferencial más allá de 130% o 200% en su peor momento; es decir, la relación fue máximo 3 a 1. Muere Chávez y la mafia preexistente toma el control pleno político-institucional del país, secuestran los dólares, acaba con el Sitme, crean el Sicad I que nunca funcionó, luego el Simadi que tampoco, y hoy se quedan con el 100% de los dólares regalados a sí mismos a 6,30”.

Agregó que desde la toma del control pleno por parte de la mafia el diferencial comienza a abrirse llegando en la actualidad a una relación de 130 a 1; es decir que “la mafia tiene un poder de compra 130 veces el nuestro, puesto que nosotros necesitamos 8 billetes de cien para comprar un dólar, mientras que la mafia con 100 bolívares compra 16 dólares, y en una semana de 130 podría pasar a 140 veces, y en un mes a 150 veces, llegando probablemente a 200 veces el 6D; mientras en Cuba es sostenible “en Venezuela no lo es”. “La mafia venezolana sin orden y sin jefe sembró hace tiempo la semilla de su autodestrucción”.

García Banchs resaltó nuevamente que el control de precios ya había reventado como pronosticó Econométrica pero que todavía el control de cambio no lo había hecho, porque no se había destrabado aún la variable política. “Será a otro sector del chavismo al que le corresponderá llevar a cabo la reforma para sustituir a estas mafias, desarticular a los colectivos y restablecer el orden público, la seguridad de la persona, la propiedad y los bienes”.

Seguidamente mostró otra lámina en la que sostenía que el dólar negro de hoy en día es 310 veces el de enero de 2005, mientras que el salario mínimo es tan sólo 23 veces el de enero de 2005, la liquidez en bolívares 67 veces y la base monetaria 63, y que si sacamos un promedio simple: la masa salarial, la masa de liquidez y la base monetaria, sólo puede explicar hasta 125 bolívares por dólar. Luego de preguntarse qué explica la diferencia, respondió que si la demanda (la liquidez) solo explica hasta 125 bolívares, debe ser la oferta lo que explica la diferencia, y a lo que se refería en particular era al secuestro de la oferta por parte de la mafia.

“Ya cada vez menos la mafia requiere vender dólares en el mercado negro, porque con vender menos de un céntimo se consigue un dólar completo. De modo que en la medida en que más suba el dólar negro, menos tendrán las mafias que vender dólares en ese mercado y más seguirá subiendo ese dólar negro. Esto es insostenible”.

Tocó el tema de los meses que se requieren de la factura de exportación petrolera para comprar la liquidez en bolívares y a través de una lámina mostró que la liquidez en bolívares compra más de doce años, 145 meses, a 6,30; pero a 800 sólo compra 1 mes. Según García Banchs esto quiere decir que aún si se llevasen todas las reservas y no dejasen un solo dólar a 800 bolívares, Pdvsa en un mes podría recoger toda la liquidez existente.

En ese sentido llegó a la conclusión de que ni 6,30 es sostenible ni tampoco 800, aunque mientras exista el mercado negro siga subiendo, que la norma histórica ha sido que la liquidez en bolívares compra siete meses de la factura de exportación petrolera, que esos son unos 125 bolívares por dólar, por lo que cuando reviente el control de cambio debería unificarse en torno a esa tasa; podría ser un cambio fijo o un cambio flotante intervenido, pero con libertad para que todo el mundo compre la cantidad que desee.

“En este caso la mafia que se lleva ciento por ciento de los dólares del Estado a 6,30 regalados ya no tendría privilegios porque ya los dólares no irían a la mafia, sino que todos los venezolanos podrían comprarlo sin límites y a un mismo precio, como ocurre en el 99% de los países del planeta”.

Al abordar el tema de la escasez se apoyó en una lámina donde se veía los efectos de un terremoto en Chile en un abasto donde los productos estaban en el suelo, caídos de los anaqueles, mientras que en un abasto en Venezuela se veían todos los anaqueles vacíos. Así llegó a la conclusión de que ni el terremoto había vaciado los anaqueles en Chile, lo que sí pudo hacer el control de cambio en Venezuela. Citó unas cifras extraoficiales donde se maneja el nivel de un 70% de escasez de algunos productos básicos.

“La buena noticia es que esto va a empeorar, y es buena noticia porque es empeorando antes, que esto luego política, económica y socialmente pueda mejorar. Jamás es tan oscuro como antes de amanecer. Quiero decir, las cosas se van a poner muy oscuras porque va a amanecer”.

DC|ND

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