Venezuela vive una dolarización de facto tolerada

Para preservar su recurso humano y proteger el poder adquisitivo de este, algunas empresas del sector privado están cancelando el salario o parte de él en dólares. Unas, dependiendo el monto, pagan el total en verdes en efectivo mensualmente y otras fijan una tasa en moneda extranjera y quincenalmente cancelan la nómina al cambio del día en bolívares (por lo general el promedio del paralelo para que los ingresos no resulten tan mermados).

“Si ganara sólo en bolívares me sale más barato quedarme en mi casa e intentar trabajar desde allí por mi cuenta, porque vivo en San Antonio de Los Altos y todo se me iría en pasaje, las líneas de por puestos aumentan a cada rato, ahorita el pasaje cuesta 1.400 bolívares, ni hablar de las rutas piratas que cobran 3.000”.

“Hoy por hoy casi no hay empresas que no paguen a sus empleados algún monto en dólares, algunas más, otras menos pero todas están en eso, algo les dan, es la única forma de retener a sus trabajadores” destacó Aristimuño.

“Las que menos” a las que se refiere el economista son las que otorgan algún tipo de bonificación en verdes, pero el salario base es en soberanos con aumentos periódicos. “Técnicamente (pagar en dólares) es complicado para las empresas formales, pero por supuesto, cada empresa ha de encontrar fórmulas para ayudar a sus empleados”, dijo Juan Golia.

Oliveros apuntó que una familia de 4 miembros necesita al menos $500 (4 millones de bolívares al cambio aproximadamente, si se toma en cuenta el promedio de cierre de la semana pasada del dólar no oficial, que se ubicó en 8.000 soberanos por dólar) para los gastos básicos en el hogar, de los cuales unos $350 (2 millones 800 mil bolívares) se destinan a comprar alimentos.

Tales números evidencian por qué para un trabajador se hace cada vez más insuficiente percibir un salario en bolívares y explican en parte las frecuentes renuncias a los empleos formales para probar con otras actividades informales que reporten mayores ganancias, entre ellas el “bachaqueo” de alimentos y medicinas.

En una empresa estatal como el Metro de Caracas han renunciado en el último año poco más de 2.800 trabajadores de todas las áreas, bien sea para emigrar o dedicarse a otras funciones. El diputado Ángel Alvarado dice no contar con números que lo respalden pero indicó que no existen dudas de que es cada vez mayor el número de compañías que otorgan divisas a sus empleados.

“Si a alguien en la calle usted le pone un billete con la cara de George Washington y otro con la de Simón Bolívar, esa persona escogerá la cara de Washington”. Así intentan graficar algunos expertos el hecho de que la economía de nuestro país vive una “dolarización de facto”, promovida, permitida y tolerada por el Gobierno nacional, que pese a ello mantiene férreamente en el discurso su negativa de cambiar la moneda nacional por la norteamericana para la circulación oficial.

La hiperinflación que ha llevado a un enorme retroceso en el valor del bolívar – esta semana las mesas de cambio cerraron con una tasa oficial de 6.733,29 bolívares por dólar, mientras la tasa promedio del paralelo se ubicó en 8.001,01 bolívares por dólar – ha ocasionado, concuerdan economistas, que los venezolanos busquen la manera de proteger sus ingresos o su poder adquisitivo mediante el uso de una moneda más fuerte, como es el caso de la divisa estadounidense que predomina, el euro en menor medida o el peso colombiano en los estados fronterizos con el vecino país.

En pequeños y grandes comercios se han “normalizado” las transacciones en moneda extranjera. Al preguntar un precio, vendedores dan una tarifa en dólares y otra en bolívares, para luego advertir en algunos casos como en el valor de los móviles, que la primera se mantiene y la segunda varía. Hay servicios, desde médicos hasta la reparación de celulares que ya son cobrados exclusivamente en verdes. “Es la única forma de mantener fijo el costo de la consulta que en la actualidad son $20”, argumentó una ginecólogo-obstetra que pidió mantener su nombre en reserva. El detalle está en que quien no tenga moneda extranjera deberá pagar al cambio del día (unos 160.000 bolívares, aproximadamente, equivalentes a cuatro salarios mínimos).

De acuerdo con datos oficiales, en 2018 la inflación cerró en 130.000%, pero la Asamblea Nacional (AN) aseguró que el incremento fue de 1.698.488% el año pasado, mientras que en lo que va de 2019 (hasta mayo) va por 815.194% la interanual. Las estimaciones, tanto del poder legislativo como del Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2019 hablan hasta ahora de 10.000.000%.

“El bolívar, despreciado por su poco valor ha sido sustituido por monedas más fuertes, lo cual es promovido por el mismo Gobierno que no da una salida al tema, como no lo puede solucionar sin cambiar el modelo económico, no lo prohíbe, lo tolera para evitar el estancamiento total de la economía del país”, indicó el economista y miembro de la Comisión de Finanzas la AN, Ángel Alvarado.

Alicia Ramón emigró a Chile desde hace seis meses, dejó en San Cristóbal, estado Táchira a su papá de 74 años y a su hermano mayor. Desde los estados andinos hasta el Alto Apure, en el intercambio comercial reina el peso colombiano y por esta razón, la licenciada en idiomas de profesión, prefiere mandar la remesa en la moneda neogra- nadina a través de la empresa Wester Unión para que sus familiares pasen a buscarlos en Cúcuta.

“Solo mando bolívares para cosas puntuales”, añadió. El también economista César Aristimuño explicó que el refugiarse en unidades monetarias más fuertes es un comportamiento que sucede en todas las economías hiperinflacionarias porque la moneda de uso oficial pierde sus principales características o funciones, es decir, servir como medio de pago o de cambio (uso del dinero para realizar cualquier transacción y facilitar así el intercambio de bienes), como unidad de cuenta (sirve para fijar el precio final del producto) y como depósito de valor (que permita comprar algo a futuro o ahorrar).

Durante el evento “Oportunidades para el sector turismo y Perspectivas Econó- micas 2019”, realizado recientemente en el Eurobuilding, el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros habló de “dolarización transaccional” para referirse a esta modalidad no legalizada pero sí permitida por las autoridades. Reveló que 40% de las transacciones en el país se hacen en dólares, cuando en el año 2012 ese porcentaje no llegaba a 5%.

“Esta situación con el dólar durará hasta que no se recupere el bolívar y la confianza de los venezolanos en él”, apunto Aristimuño.

Doble rasero

“Esa propuesta de dolarizar y acabar con la moneda venezolana es una propuesta anticonstitucional, la Constitución fija muy claramente que la moneda de Venezuela es el bolívar”, recalcó Nicolás Maduro durante la campaña electoral de las presidenciales de 2018.

Para los expertos se trata de un doble discurso, puesto que en la práctica el bolívar ya está destruido producto de las malas políticas económicas y la dolarización, aunque informal, llegó para quedarse por tiempo indefinido, es lo que se ve en la calle y en la actividad comercial a diario.
“Llegada la hora de aplicar los correctivos en materia económica, lo ideal es el libre mercado de divisas con una moneda estable”, dijo el especialista Juan Golia.

Pese a que no la descarta por los “vaivenes” cambiarios del Ejecutivo, el parlamentario Alvarado también cree que hay otras alternativas, que pasan por tener un Banco Central de Venezuela independiente y reducir la brecha fiscal para tener una moneda que funcione.

“Por razones ideológicas el Gobierno se ha dedicado a decir que no permitirá que la moneda de EEUU sustituya al Bolívar pero a la larga la fuerza de la economía se impone, nadie puede decretar o asegurar que aquí no habría una dolarización formal de manera tajante porque ya la vivimos de facto”, dijo Aristimuño.

En la actualidad, una parte importante de la moneda norteamericana o de cualquier otra divisa proviene de las remesas que envía a sus familiares la diáspora distribuida por el mundo – en 2018 se estimaron $6 mil millones en este tipo de ingresos – además de las empresas que traen verdes para fortalecer sus operaciones porque ya no tienen acceso a créditos de la banca. Los expertos aseguran que el mismo Gobierno los inyecta al mercado para paliar también la escasez de efectivo en bolívares.

2001

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...