Llegó la hora del federalismo. Por Eugenio Montoro

Desde 1811 hasta 1961 hemos tenido 25 Constituciones y en casi todas se mantuvo que Venezuela era un Estado Federal. La actual también lo indica, Artículo 4. La República Bolivariana de Venezuela es un Estado Federal descentralizado …. y se rige por los principios de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad.

Pero lo cierto es que, en la práctica, nunca hemos sido federales y en realidad hemos sido bastante centralistas. Con un País en formación y con poca gente, había buenas razones y de peso para el centralismo, de la misma manera que ahora existen buenas razones para asumir la aventura de la descentralización. Hasta pareciera ser el momento apropiado.

Como las personas, los Países también crecen en tamaño y talento. Podríamos decir que la Venezuela de 1930 se parecía a un jovencito en formación, pero luego, y principalmente a consecuencia del período democrático, el joven se volvió un adulto y con una capacidad intelectual y conocimientos impresionantes. Hoy en todas las regiones de Venezuela existen personas con mérito para ser grandes gobernadores y alcaldes y hasta con el potencial para ser presidentes. Casi todos con títulos universitarios y muchos hasta con estudios en gerencia pública. Centenares de ciudadanos talentosos y preparados existen en cada especialidad y en cada estado-región y si regresan los que están afuera pues yani te cuento.

Por otra parte, tenemos un País lleno de numerosos problemas y de unas dimensiones y complejidades monstruosas, que resolverlos bajo la figura de un gobierno central sería muy difícil, complicado y, sobre todo, muy lento.

Los dos puntos mencionados y la regla de oro gerencial de dividir un problema grande en partes más pequeñas, para que sea más fácil de manejar, apuntarían claramente hacia una descentralización, pero hay además otras razones.

El Plan País que actualmente se desarrolla para cuando se marche (o lo marchen) Maduro y su combo, trata de reproducir las cosas buenas que teníamos antes de Chávez y de mejorarlas. Ofreciendo disculpas por hacer una injusta simplificación, en buena parte estamos reproduciendo el País y los procesos que teníamos antes de 1998. Esto es lógico, pues nuestra tendencia es tratar de volver a lo bueno conocido y eso hasta nos da seguridad, pero, aunque nos duela admitirlo, debemos recordar que Chávez pudo ser presidente por el gran descontento que la gente tenía sobre cómo se estaba conduciendo el País. ¿Vamos entonces a reproducir lo que teníamos, para arriesgarnos a caer en el mismo hueco y que vuelva otro Chávez o es el momento de cambiar radicalmente el cómo hacíamos las cosas?

El sistema Federal y la descentralización es la respuesta correcta. Ahora se puede hacer pues tenemos los talentos regionales en todas las materias y lo debemos hacer como un nuevo modo de gobernar y poder ejecutar soluciones en paralelo y simultáneamente. Repetir el anterior esquema de gobierno donde todo se centraliza sería un gran error. Adicionalmente la estabilidad de los primeros tiempos de un nuevo gobierno centralista, lleno de problemas a resolver, con miles de exigencias simultáneas y que esperan las urgentes respuestas, sería mucho más frágil que la de un poder con los problemas repartidos en las regiones.

Por supuesto esto es fácil decirlo como idea conceptual, pero sumamente complejo el realizarlo. Para empezar los que lo tendrían que aprobar son los mismos cuyo poder centralista se reduciría, pero imaginemos que los ilumina un especial “eureka” y lo aceptan. Luego vendrían los miles de asuntos a resolver, muchos relacionados con el tesoro regional, la recaudación de impuestos usualmente centrales, la transferencia de las infraestructuras, nóminas, deudas y un kilométrico etc.

Todas las funciones serían transferidas a cada estado y este actuaría con la mayor autonomía posible. Un gobierno central y pequeño, representaría a la Nación y coordinaría las cosas que todos los estados deberían compartir, como señales de tránsito, sintonías técnicas en servicios y comunicaciones y las relaciones internacionales, entre otros.

¿Nos da tiempo de escribir un Plan País con la descentralización como norte? Si quisiéramos lo haríamos y todos estaríamos encantados en probar algo realmente distinto como sistema de gobierno y como forma efectiva y eficiente de resolver los problemas de cada región. El gobierno central haría entonces buena la conocida frase de LaoTse “Gobierna mejor quien gobierna menos”.

 

 Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es

 

 

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