Dos hombres se disparan entre si y luego festejan

Los disparos y gritos de emoción llamaron la atención de los vecinos, que luego de darse cuenta de qué estaba sucediendo en la acera, se aterrorizaron. Dos hombres se sentaron a beber en la vereda de un barrio de Arkansas, EEUU, y tuvieron la descabellada idea de ponerse chalecos a pruebas de balas y dispararse entre sí. Esta es su loca historia.

Charles Eugene Ferris, de 50 años, y Christopher Hicks, de 36 años, fueron detenidos el lunes 1 de abril después del incidente, que tuvo lugar el domingo 31 de marzo y dejó a varios vecinos alarmados. Los detalles del caso se encontraban en una declaración jurada del arresto a la que accedió un medio local y luego difundió Newsweek.

Según la declaración jurada, un policía del condado de Benton interrogó a Ferris por primera vez después de que ingresara en el hospital la noche del domingo; el hombre tenía una mancha roja en la parte superior del pecho.

Sin embargo, en ese momento Ferris inventó una coartada: todo sucedió mientras trabajaba. Dijo que un hombre lo había contratado como guardaespaldas y que lo habían golpeado mientras realizaba su labor; que él se defendió disparando, se generó un tiroteo, y él y su empleador huyeron en un auto. Agregó que fue llevado al hospital por el hombre que le había pago.

Leslie Ferris, la esposa del hombre, contó a los policías una versión bastante diferente de los hechos. Ella confesó que él había estado bebiendo afuera de su casa con su vecino Hicks, y que ambos tuvieron la loca idea de dispararse entre sí.

Ferris terminó admitiendo haber inventado la historia; quería proteger a su amigo. Según la declaración jurada, confirmó que estaban bebiendo y jugando con pistolas, pero con el chaleco antibalas puesto. Las manchas rojas que tenía Ferris eran producto de los impactos de bala.

Un vecino de Ferris y Hicks le dijo a Newsweek que estaba preocupado por sus hijos. «Tengo tres hijos, dos de ellos todavía viven en casa aquí… justo al lado de ellos. Dispararon rondas de 50 a 100 balas», contó.

«Se debe hacer algo al respecto. Si no se hace nada, podría aumentar el riesgo de que alguien resulte gravemente herido. Tal vez alguien que no esté en su propiedad», agregó.

Tanto Ferris como Hicks fueron arrestados bajo sospecha de agresión con agravantes, un delito grave que conlleva una pena potencial de seis años de prisión y una multa de hasta 10.000 dólares. Sin embargo, no se presentaron cargos formales y ambos fueron liberados al día siguiente, el martes 2, con una fianza de 5.000 dólares.

Sputnik

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