NOSOTROS| “En el ojo del huracán”. Por Johnny Galue (@COOTUR)

«CATÁSTROFE DE PROPORCIONES BÍBLICAS» 

 

Cuando escribimos, solo nos dirigimos usualmente al individuo. Por entender que las ideas expuestas son compartidas, las acciones descritas son frecuentemente colectivas, y la lectura  es social, limitando la acción práctica.

 

Durante un lustro, en Venezuela se desvaneció totalmente las razones para vivir en este País, se introdujo al País, una especie de tormenta huracanada de crisis, desasosiego  y devastación total, quienes la han llamado,  catástrofes de proporciones bíblicas.

 

La tristeza, el horror, la indignación cómo y el miedo se  instauraron. Nos detuvimos,   en el propio ojo del huracán, si en el ojo de la tormenta, donde se describe un silencio total, una interrupción del tiempo, una pausa que revela lo que antes estaba escondido, una profunda soledad, una gran ausencia, y una sensación de aislamiento. Conformado por un paisaje de gente alineada esperando.

 

Esta tormenta ha abierto los ojos al País, ha desnudado los árboles de sus hojas, y ha puesto al descubierto la pobreza y limitaciones del venezolano. Las tormentas son así. Como los traumas, son pasajes o puertas a otra dimensión. Pero las tormentas también son ventanas peligrosas, que nos pueden llevar, aun mundo que es o puede ser nuestro destino. Corremos el riesgo de desaparecer. Pero si cerramos la puerta por completo, si negamos lo que hemos visto por el ojo de la tormenta, perdemos la oportunidad de cambiar para seguir viviendo.

 

Sin embargo, la gente evolucionó, la mentalidad se transformó, y la cultura política se impuso ha prevalecido. De lo contrario, el acervo cultural y político del país, sería un ladrillo, algo que ni está vivo ni se enriquece.

 

Esta tormenta, creo un número de desesperados en cada rincón del País. Porque, el que no espera nada,  nada busca y eso es una especie de muerte en vida. Pero la actitud, de los venezolanos, ha servido para la búsqueda de futuras y mejores cosas, no solo, para corregir el presente sino también el pasado, para optimizar el futuro.

 

La esperanza, siempre estuvo presente, viva, esperando el llamado, que no es más,  que esa actitud aprendida, que ha servido de motor incentivador en la búsqueda de mejores cosas futuras que optimicen el presente y corrijan el pasado. Ha sido la herramienta fundamental de superación y un importante motivador intrínseco que nos ha ayudado a darle continuidad a la vida a pesar de las adversidades.

 

Hoy, no  creo que exista un solo venezolano que no crea en el valor de la esperanza a pesar de tantos desesperanzados en tiempos presentes. Transformo, y dio animo  constructivo a los venezolanos, para la nueva Venezuela, que se apertura para el cambio. Es la mezcla de lo que se aspira, con una idea de lo que se aprende a desear. Ha sido, la postura ante esta dura realidad, que desestabilizó el Estado del bienestar, en un estado de carencia total, que nubló la visión de futuro, donde, se ha pretendido volverlo todo igual, porque nada es esperanzador y da lo mismo lo malo que lo buenoQue requiere transformación y la búsqueda de resultados.

 

Las lacras apestosas de la corrupción, que surgieron y    acceso al poder,  alimentaron la desesperanza y fertilizaron los contravalores. Donde no se puede creer en nada ni en nadie, construyendo la peor crisis conocida en País alguno (más solos y angustiados)

 

Hoy la sociedad ha logrado, recuperar la esperanza. El costo ha sido muy alto, el retraso de la modernización, la fuga de cerebros, y  miles de muertes de jóvenes venezolanos, acompañado de un saqueo sin precedentes en Latino américa.

 

Se ha pretendido, repetir la historia del 1959, utilizando no solo las riquezas del País, sino también la ubicación de su territorio, para desestabilizar políticamente el continente, con el  patrocinio de  fuerzas guerrilleras, movimientos políticos o personalidades revolucionarias, prácticamente en todos los países de América Latina, y ahora en México.  La Habana respaldó regímenes progresistas o revolucionarios, con apoyo público, armas, personal, en Chile con el presidente Salvador Allende, en Nicaragua con los sandinistas, en Granada durante los años ochenta y ahora nuevamente. Hoy en día, sesenta años después, decenas de miles de elementos del personal de inteligencia y seguridad de Cuba, así como médicos e instructores de educación física se encuentran apostados en Venezuela. Que contribuyen a la supervivencia de Nicolás Maduro. Sin esos cubanos, sospechan muchos expertos, Maduro sería derrocado por un golpe militar, una insurrección popular o ambos. Exportan y se consolidan, ha sido una característica congénita del régimen de los Castro durante más de medio siglo. Es política de Estado de La Habana, es parte del legado de Cuba. La sincera admiración que la lucha de Cuba despertó en toda América Latina.

Johnny Galue / @COOTUR

 

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