Largo sepelio. Por Luis Barragán (@LuisBarraganL)

Ocurre todavía y quizá con más hincapié, en las horas postreras de la dictadura, mueren niños recién nacidos en los hospitales faltando el medicamento que, décadas atrás, sobraba, y jóvenes veinteañeros en injusta prisión por razones enteramente políticas, médicamente desatendidos. Un prolongado sepelio es el que caracteriza al socialismo no menos real que padecemos, en dos décadas.

La censura y el bloqueo informativo, impiden que conozcamos en toda su dimensión la tragedia. Por más que sepamos de casos, como el de la tuberculosis, por ejemplo, convirtiendo en noticia a amigos y relacionados, ignoramos las cifras que agigantan el padecimiento de una enfermedad que en el siglo XX domamos, apareciendo de vez en cuando como una señalada excepción..

En días pasados, acompañamos a la comisión parlamentaria que versa sobre la ayuda humanitaria, por amable invitación de  la diputada Dignora Hernández, quien la integra. La sola lectura de una lista local de muertes por sida, faltando el medicamento que lo convirtió en una enfermedad controlable, nos estremeció al igual que toda a toda la concurrencia que recibió el sentido testimonio de otros casos, añadida la agresión del personal médico y de la ciudadanía que  intenta auxiliar a los más desesperados en hospitales y otros centros de atención.

La Alemania que salió derrotada de la II guerra mundial, todavía no supera suficientemente la tragedia del Holocausto, con más de seis millones de judíos asesinados. Una cifra indecible, o – peor aún – macabramente modesta, cuando fueron más de veinte millones  las personas que aniquiló la dictadura de Stalin.

Tarde o temprano se sabrá, pero debemos estar conscientes del enorme trauma que ocasionará las cifras reales de la dictadura genocida que, activa y pasivamente, se adueñó de esta centuria venezolana, por no citar las que conciernen al saqueo del erario público u otros de los abusos que la convierten en una experiencia criminal. Debemos prepararnos para esta etapa, la del post-socialismo, redoblando nuestra adhesión a los principios y valores que impidan una reedición del inmenso ataúd que explica al régimen.

Luis Barragán / Diputado AN / @LuisBarraganL

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