El Milagro del Dr. José Gregorio Hernández que la Iglesia venezolana presenta este #18Ene a El Vaticano

El 10 de marzo de 2017, la niña Yaxury Solórzano Ortega, de 10 años, y su padre fueron interceptados, en el caserío Mangas Coveras del estado Guárico donde residen, por unos delincuentes  para robarles la moto. Les dispararon y una bala alcanzó su cabeza en la zona tempoparetal derecha, dejándola gravemente herida.

Fue llevada a través de caminos intrincados hasta  otra localidad más poblada y desde allí fue trasladada en  lancha a través del río hasta San Fernando de Apure, siendo internada al hospital Pablo Acosta Ortiz, cuatro horas después de recibir el balazo, según informó una fuente eclesial a PANORAMA.

En el centro asistencial no había neurocirujano que la atendiera, por lo que —aunque su estado era sumamente crítico— tuvo que esperar unas 48 horas para ser intervenida quirúrgicamente.  Estaba desangrada y presentaba pérdida de masa encefálica.

“La madre de la niña, al enterarse de que el especialista realizaría la cirugía a su hija con pronóstico reservado, le pidió a José Gregorio, de quien es muy devota, que le salvara a su hija. Asegura que el Venerable le dijo: ‘No te preocupes, que tu hija va a salir bien”, y que después comenzó a sentir una paz que no había sentido desde el incidente”, revela la fuente.

El neurocirujano aseveraba que la menor, en caso de sobrevivir a la intervención quirúrgica, quedaría con discapacidad debido a las secuelas muy graves en la motricidad, en lo lingüístico, en la memora y hasta con pérdida de la visión causadas por el severo daño cerebral. Podría mejorar, lentamente,  en la movilidad, solo con la asistencia de de un equipo multidisciplinario y con mucha terapia.

Sin embargo, a los cuatro días de la operación, Yaxury comenzó a rechazar la intubación y a reaccionar positivamente a todas las pruebas y exámenes, saliendo del centro asistencial a los 20 días, completamente sana, caminando, hablando y viendo sin  dificultad.

“El hecho fue calificado como inexplicable por el tribunal cuando una tomografía realizada el pasado diciembre,  ordenada por el tribunal, mostró que la niña tiene la lesión en el cerebro pero se encuentra totalmente asintomática , sin secuelas, cuando  —21 meses después de haber recibido el balazo, ahora con 12 años— debía presentar discapacidad, según el pronóstico del neurocirujano”, agregó el informante.

 

Panorama

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