Siguen las renuncias de los empleados después de la llegada de Meghan Markle al Palacio de Kensington

Meghan Markle no deja de estar en el centro de la atención, mucho más que su marido, el príncipe Harry. Desde su llegada a la familia real británica, hace ya un año, suceden cosas a su alrededor.

Primero fue la renuncia inesperada de la asistente personal de Markle, Melissa Touabti, seis meses después de que los duques de Sussex pasaran por el altar y luego de que volvieran de su tour real por Oceanía. El caso de Melisa fue el primero en salir a la luz pero no es el único. Anteriormente la pareja ya había tenido que prescindir de otro de sus trabajadores, Edward Lane Fox, quien había jugado un rol importante para Harry ayudándolo a levantar su imagen tras los escándalos de las fiestas de su juventud.

Esta vez fue Samantha Cohen la que decidió abandonar el Palacio de Kensington. La australiana trabajaba en el Buckingham desde 2001 y era secretaria personal de la reina Isabel II. Ella misma fue la que les ofreció que Cohen empezará a trabajar para los duques después de la renuncia de de Lane Fox. Su tarea era guiar a Markle en los primeros pasos en la corte.

El caso de Melissa, una francesa de 30 años que también trabajo por el cantante Robbie Williams y su pareja, Ayda Field, ya causó mucho revuelo en su momento. La prensa británica está conectada con fuentes cercanas a la familia real que aseguran que Melissa “era una persona de enorme talento”, “fue un shock”, “se la va a extrañar”.

Nadie termina de saber qué ocurrió exactamente entre los duques de Sussex y Touabti como para que ella abandonara un puesto. Todo apunta al carácter ‘difícil’ que tiene Meghan como apuntan fuentes cercanas, las mismas que aseguran en The Daily Mail “Meghan la exigía demasiado y aquello acabó en lágrimas”.

La Vanguardia

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