Teodoro y Rafael. Por Eneida Valerio Rodríguez (@eneidavalerio)

En  el año 2006, Teodoro Petkoff, asumió la posibilidad de ser candidato a la presidencia de la República. Nos tocó entrevistarlo y un recuerdo muy  especial marcó la conversación con su mirada profunda que hablaba al mismo tiempo al señalarnos; “No  estoy muy  seguro de  ganar estas internas, pero continuaré  recorriendo  al país aunque no salga  favorecido.” Aquella conversación se dio en las primeras horas de las tantas tardes iluminadas con el ardiente sol de Margarita.

Y ciertamente lo cumplió, porque volvió para compartir como parte de su agenda política, un almuerzo con los periodistas. La seriedad de sus planteamientos en aquel momento transmitió su angustia por la deriva del país que asomaba una grieta social profunda, consecuencia del socialismo aplicado con terror por el régimen.

Había dejado la guerrilla y en las sanciones impuestas luego de su captura por estas actividades,  desarrolladas entre los años 1958 y 1969 protagonizó una fuga con matices novelescos dada las particularidades de la misma. Logró evadirse del Cuartel San Carlos en Caracas a través de un túnel cuya ejecución llevaba tiempo en aquellos días difíciles y controversiales del país.

Fue un activista político sin tregua. Aupaba  eventos  del MAS partido que  fundó para darle  rienda suelta a su fortaleza como dirigente y así lo encontramos, a las puertas del CNE en Maracaibo, donde junto a su  esposa se presentó para apoyar inscripciones de sus candidatos.

También con anterioridad Petkoff, hijo de europeos, con raíces judías su madre y nacido en Bobures en el sur del Lago, había prestado su nombre para aspirar a esta máxima magistratura en las elecciones de 1983 y 1988.No tuvo éxitos. Sin embargo, y al contrario, el mayor de su accionar con visión futurista fue abandonar el partido comunista al reconocerle su  grave incidencias cuando se implantó como régimen, en cualquier país de continente alguno.

Esta condición política, la ató a la escritura con su estilo para ascender al periodismo donde destacó en la dirección de un diario capitalino y luego; en la fundación de Tal Cual. En  este diario, descollaron sus incisivos editoriales que fue abandonando en la medida que la salud minaba sus condiciones y el régimen lo sancionaba sin compasión hasta dejarlo recluido en su casa privado de libertad.

En ese tiempo, el diario El País de España, en 2015 le otorgó el premio Ortega y Gasset pero se vio impedido en consecuencia, recibirlo. Aquella situación  fue la respuesta del gobierno.

En dos semanas, Venezuela fue noticia para el mundo. Lo es, desde hace un buen tiempo. Rafael Cadenas patrimonio viviente, ganó el Premio de Poesía Reina Sofía en España, entregado el pasado 23 de octubre. Este otorgamiento, permite un descanso al desbordamiento social que nos circunda como venezolanos y que agrede entre otros comportamientos, la belleza del lenguaje.

Rafael Cadenas, con 88 años, recibió de la reina Sofía, emérita, este Premio en cuya decisión para el otorgamiento, el jurado  asienta “… Es la aportación al patrimonio cultural de Iberoamérica y España·” Este galardón, convocado por la Universidad de Salamanca, fue entregado en Madrid.

Antes, el poeta y autor  de varias obras con particular acento en la necesidad de la preservación de nuestro lenguaje, fue merecedor del Premio Iberoamericano de Poesía Federico García Lorca en su XII edición. Lo dedicó a Venezuela y afirmó en aquel momento entre otras consideraciones:

“Lo dedico a mi país, Venezuela, que sufre  a causa de una crisis total de la que es responsable el régimen”.

Cadenas, nos estremece a través del lenguaje llevado a la poesía, con una clara percepción de lo que nos ha tocado vivir. Sentimos entonces, el orgullo de las letras hispanas en su lúcida visión que no separa del nativismo sus vehemencias a favor de la hispanidad y su lengua.

Rafael Cadenas, aprovechó el acto  del premio Reina Sofía 2018, para presentar; “No es mi rostro”. Su antología poética. Demostró a través de este recuento su preocupación por Venezuela; “Un país discordante que no cesa de alarmar con cada acto encontrado en la decadencia del lenguaje como dice en su obra; “En Torno al Lenguaje.

Teodoro Petkoff, se marchó y una pérdida irreparable para las letras ata su legado. Tenía 86 años y una vida llena de espectacularidad e ironía avasallantes. Rafael Cadenas, nos sigue también, desde las letras indicándonos que podemos hacer política con un lenguaje propio y cargado de identidad sin que lo perturbe en su uso consideraciones poco éticas. Tiene 88 años y escribe para cada uno empeñado en su tarea lingüística.

 

 Eneida Valerio Rodríguez – @eneidavalerio  

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