Otro muerto de Maduro. Por Paciano Padrón (@padronpaciano)

El Concejal Fernando Albán es la más reciente víctima mortal del régimen criminal que sigue destruyendo a Venezuela. Levantemos con fuerza la voz, protestemos en todos los escenarios para poner fin a esta pesadilla. En este momento el silencio es complicidad. Que cada uno de nosotros -los venezolanos bien paridos que tenemos sangre en las venas, y los amigos del mundo que respaldan nuestra lucha- hagamos uso del escenario que dispongamos, así solo sea la transmisión directa persona a persona, para hacer conocer nuestro rechazo a estos asesinos que bajo la aparente conducción de Maduro, pero con claras directrices del castro-comunismo, de Irán, Rusia y Bielorrusia, adelantan políticas de hambre y muerte que no queremos para Venezuela. Desde VenAmérica repudiamos el asesinato del concejal Albán.

 

La semana pasada intitulé mis reflexiones “Los muertos de Maduro”, y más allá de los muchos muertos sin nombre conocido que se produjeron en estos últimos siete días, se agrega la de este concejal de Caracas y dirigente de Primero Justicia. Había escrito que este régimen criminal y asesino “liquida a la gente por hambre, por enfermedades no atendidas debidamente, por balas de los colectivos armados del régimen o del hampa, que son más o menos la misma cosa, a lo que se suman los muertos por ansiedad y angustia, los infartados y fallecidos por problemas de tensión, como consecuencia de la persecución, la inseguridad y el no saber a qué atenerse”. A esta lista de muertos hay que añadir a Fernando Albán y a los otros privados de libertad muertos bajo custodia, que son responsabilidad directa del Estado venezolano, de conformidad con la Constitución.

 

“El derecho a la vida es inviolable”, reza el artículo 43 constitucional, para añadir luego que “Ninguna ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad alguna aplicarla”. Concluye la norma con una disposición obligante: “El Estado protegerá la vida de las personas que se encuentran privadas de su libertad”. Ya sabemos de los miles, así como suena, miles de muertos en las cárceles venezolanas durante estos 20 años de dolor. Cuando un preso es asesinado por un pran u otro privado de libertad, o es víctima de los abusos de la autoridad represiva, el Estado es constitucionalmente responsable por su obligación de proteger la vida de los presos.

 

Para mí la historia está clara, el régimen pretende simular un suicidio en el caso del concejal Albán, y hasta se contradicen los voceros en cuanto a forma o circunstancias. Más no vale la pena debatir al respecto, el concejal Albán fue asfixiado por “inundación de la vía respiratoria”, le metieron la cabeza en un balde de agua y se excedieron, se les fue la mano a los asesinos que, cuando pretendieron dejarlo respirar, ya estaba muerto. Pero si no fuere así, si a este muchacho Fernando Albán a quien el SEBÍN detuvo ilegalmente el 5 de octubre en perfecto estado de salud física y mental, lo volvieron loco en tres días como para que prefiriese suicidarse, antes que seguir viviendo las torturas a las que lo tenían sometido, él sería igualmente un muerto más de Maduro. Lo que está en discusión no es si lo mataron o no, sino lo que hemos de hacer para que esta muerte no sea en vano, y levantemos con tal fuerza la voz, que el régimen caiga para dar paso a la democracia y la libertad.

 

La Arquidiócesis de Caracas al frente de la cual está el Excelentísimo Cardenal Baltazar Porras, en unión de los arzobispos auxiliares y los vicarios episcopales, acaba de emitir un Comunicado Oficial en el cual “repudia cualquier hecho contrario a la dignidad humana y al respeto de los Derechos Humanos de las personas que se encuentran privadas de libertad por hechos de naturaleza política y, en especial, lo sucedido con el Concejal Fernando Albán”. Concluye el Arzobispo de Caracas diciendo que “oramos para que en nuestra Patria se respeten los derechos humanos de todos los venezolanos, no se vulnere la dignidad del ser humano y el legítimo derecho a la vida de todos los ciudadanos, sin distingo alguno, y se instaure la justicia fundamentada en la verdad, único camino hacia la paz perdurable en nuestro país”. Otro muerto de Maduro es el concejal Albán, actuemos para que sea el último.

 

DC / Paciano Padron / Abogado UCV, Doctor en Derecho (La Sorbona, París) – Profesor universitario, autor del “Manual del Orador”/ pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

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