Dos nuevos sacerdotes zulianos ordena Monseñor José Luis Azuaje

Nota de Prensa – Texto: José R. Espina F. – Foto: José D. Fuenmayor F.

 

Este sábado 27 de octubre, la Catedral de Maracaibo, se engalanó para ser el escenario de la reafirmación de la fe y compromiso de dos valientes jóvenes zulianos, que a través del sacramento del Orden Sacerdotal, se suman en la labor y servicio del clero en la Arquidiócesis de Maracaibo.

La feligresía zuliana se sumó con alegría y masivamente a esta Celebración y Ordenación, respondiendo a la invitación que el Arzobispo, el clero y los dos diáconos hicieron, con un sentido de fraternidad, familiaridad y amistad, que se respiró durante la ceremonia, que cabe destacar contó con la excelente participación de Éxodo, en la Capilla Musical.

Luego de un largo proceso de formación, en el Seminario Arquidiocesano Santo Tomás de Aquino, bajo la mirada y responsabilidad de los sacerdotes formadores y su rector el padre Max Güerere, Renzo Gotera y Dainer Prieto, dando nuevamente un sí definitivo en su llamada al servicio, acudieron a la convocatoria de Monseñor José Luis Azuaje, quien en calidad de Arzobispo de Maracaibo, admite en clero y concede y administra el sacramento del Orden a los dos diáconos seminaristas.

En su Homilía, monseñor José Luis Azuaje, haciendo referencia a la Palabra proclamada, baso su ponencia sobre la Eucaristía y Sacerdocio, que encierran el servicio al que hoy suman estos dos diáconos.

“La liturgia ilumina nuestra celebración”, en las lecturas se narró el episodio de la última cena de Jesús, que representa la institución de la Eucaristía, que afirmó “Se muestra en signos sensibles que bajo la inspiración del Espíritu Santo,  nos permite experimentar la presencia de Dios”.

Asegurando el Arzobispo que a esa Eucaristía es que el Señor llama al servicio “Antes de formarte en el vientre, te escogí y te llamé. El llamado viene, de lo divino y entra en lo humano.

Llamada que tiene sentido en cuanto a la misión.” Y recordó monseñor Azuaje que el sacerdote esta propenso a debilidades, pero que en esas debilidades, el mismo Dios sale al encuentro para ayudarlos.

2Como cristianos y sacerdotes vivimos anhelando que esta palabra se haga realidad en nuestro andar”, expresó el Prelado al recordar que la Misión a la que son enviados los sacerdotes,  Pablo la recuerda. “Siervos por Jesús. El sacerdocio es un servicio al pueblo de Dios. Para la vida y para la construcción del reino de Dios”.

“Somos dispensadores de la misericordia de Dios en la confesión”, recordó el Arzobispo y mencionando la Eucaristía, uno de los fundamentos de nuestra vida cristiana en la que Cristo redentor de hace presente, dijo “Es obra de Dios no nuestra”

“Nuestro sacerdocio es para ustedes pueblo de Dios. Y solo nos llevamos la satisfacción de haber prestado la vida para que el sacerdocio de Cristo se haga presente”. Y dirigiéndose a los dos nuevos sacerdotes les  dijo “No tienen otro referencia, Cristo los ha llamada y han respondido”  y les aconsejó “Hoy se unen al sacerdocio de Cristo. Que nada les aleje de esta unión. Vivan santamente. La Comunión  es lo que les garantiza esa unión en Cristo”.

Y les recordó los riesgos de ser sacerdotes en este tiempo. “Tenemos que cargar con nuestra humanidad y poner los valores evangélicos en esa humanidad. Y saber que seremos maltratados, humillados, como Cristo. Y ser conscientes que nos hacemos uno con los más frágiles: con los pecadores, pobres, enfermos”.

Y concluyó monseñor Azuaje su homilía, antes de conferir el sacramento a los dos nuevos sacerdotes pidiéndole a la comunidad allí presente, que “cuiden a sus sacerdotes y fomenten la comunión. Que todos tengamos vida y en abundancia. No descuiden nunca la oración por los sacerdotes y por las vocaciones”.

 Nota de Prensa

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