Se apaga la información. Por Eneida Valerio Rodríguez

El sano derecho a la información, es el mismo que define a las democracias sólidas y  firmes y el que nos envuelve desde el nacimiento. Muchas formas y maneras en regímenes  autoritarios y hasta  en líderes, han pretendido conculcar este derecho natural sobreponiéndolo a sus intereses mediante atajos ilegítimos. Con esto, se menoscaba la libertad del hombre y los principios doctrinarios que le rige normativamente desde leyes internacionales hasta en cada país.

En Venezuela, el “apagón” informativo se cumple inexorablemente desde hace varios años, logrando la desaparición forzosa de medios impresos y hasta electrónicos en casos recientes. Como si fuera poco, las agresiones a periodistas  y comunicadores, han  sobrepasado las barreras de lo peyorativo hacia la libertad de informar. Decomiso de materiales filmados, detenciones arbitrarias de periodistas y hasta cárcel como respuesta  al sano derecho de informar, exponen este natural privilegio a las más serias confrontaciones desde el punto de vista del irrespeto a los derechos humanos.

Tal es el caso, del periodista Jesús Medina. Enviado a Ramo Verde donde están algunos presos políticos. Un periodista comparado con un líder político para recibir este tipo de sanción, constituye una decisión triste, lamentable  y rechazada por el gremio de periodistas y la comunidad nacional. Sin embargo, al mismo tiempo, se convierte en formidable ejemplo internacional de las distorsiones democráticas ocurridas en Venezuela.

Se une a estas malsanas y reiteradas prácticas, las limitaciones de CONATEL a portales electrónicos como; La Patilla y El Nacional, donde ingresar a sus contenidos constituye la mejor practica de resistencia contra la libertad de informar y opinar de tales medios. El mismo gobierno, ha señalado su premeditada intención, contra ambos  portales.

La libertad de expresión, es la facilitación a la búsqueda de la verdad. Privar al ciudadano de esta posibilidad es contrarrestar su derecho a conocerla en caso que sea cierto lo informado. Y en caso contrario, privar a la comunidad de encontrar la verdad.

El gobierno en Venezuela, ha reducido esa libertad y continuará en este afán. Ha impedido el acceso al papel para los medios impresos. Esta determinación bien planificada como estrategia derivó en el cierre de 20 medios el pasado año, solo para citar  uno, porque se cumple desde hace  varios años. También cerraron 46 emisoras de radio por presiones y decisiones de CONATEL. Un ente fiscalizador y autoritario más que un orientador y facilitador del cumplimiento legal.

Y se suman a estos cierres de medios impresos y radiales; 3 cadenas de tv para totalizar 69 medios.

El SNTP ha señalado la cifra para ese mismo año, de 498 agresiones a periodistas en el cumplimiento de sus deberes y 66 detenciones. Con estas cifras, señala el gremio sindical de los periodistas, el incremento fue de 26% en comparación con el año anterior.

En lo que va del presente año, las cifras muestran un desmesurado crecimiento en medio de la más profunda crisis vivida a lo largo de la vida republicana tanto en lo económico como en lo moral y ètico.En una semana, 7 diarios cerraron por falta de insumos para circular e igualmente, una emisora de radio apagó su micrófono.

A  todas estas disminuciones de la libertad de expresión inmanente como derecho al  hombre, debemos destacar la campaña mediática del gobierno de odio, descalificaciones y humillaciones al ciudadano fuerte tributo a los fines perseguidos.

Campañas sostenidas por años con claros propósitos de deshumanización caníbal al disenso y todo lo que contiene y define la moral del individuo dibujan el  triste  y desolador panorama nacional. Son ejemplos de estas afirmaciones; el reparto grosero de bonos para unos, en detrimentos de otros, exigencia del carnet de la patria con indicios de perversión política por el régimen para engañar con cantos de sirenas, entrega de pensiones y salarios por partes y no como establece la norma laboral; una sola.

Y todo en clara conjunción con un esquema definido de atropellos que describen la inédita situación del país. En medio de tales desmanes y como paradoja ni el gobierno logra entender sus desafueros. Por lo que no es exagerado afirmar, que últimamente les ha ido tan mal a los protagonistas de estas crueles decisiones que sufren como dice el refranero popular; una terrible “pava macha.”

Todo les sale mal. Tan mal que al pretender enviar unos aviones para  repatriar a los  sufridos compatriotas, los cuestionamientos no se hicieron esperar y la verdad  a la luz de los acontecimientos, revelaron la burda maniobra del gobierno. Es que la mavita funciona.

DC / Eneida Valerio Rodríguez

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