El hospital de Cúcuta atiende mas parturientas venezolanas que colombianas

Carmen Jaimes dejó en enero su natal Barquisimeto (Venezuela). Lo hizo una vez se enteró de que estaba esperando la llegada de su cuarto hijo. El miedo de perder a su bebé, la empujó a migrar junto a su hermana hasta Cúcuta.

Dentro de poco, el de Carmen hará parte de los más de 1.500 partos de mujeres venezolanas que ha atendido el Huem en lo que va corrido de 2018.

Entre mayo y agosto de este año, en el Huem han nacido más niños de madres venezolanas que colombianas.

“Se ha incrementado tanto la atención en el área de ginecología y obstetricia, que a la fecha, la mitad de los nacimientos corresponden a hijos de madres venezolanas. Es más, la institución ha tenido que hacer esfuerzos para aumentar la capacidad instalada y del personal, para poder dar y garantizar la atención integral a todos los pacientes, en este caso, específicamente a las madres gestantes”, aseguró Norberto García, coordinador del área de ginecología y obstetricia.

Al borde del colapso

Todas las maternas venezolanas reciben atención gratuita; sin embargo, este servicio, sumado a las demás atenciones que también se prestan en el hospital a los venezolanos, ha llevado a que el Meoz esté a punto de entrar en una crisis financiera.

Según las estadísticas del Huem, las atenciones a los pacientes venezolanos ya suman una cuenta de más de $24.000 millones, de los cuales el Gobierno Nacional solo ha girado $2.100 millones. García aseguró que se avecina una crisis que el Gobierno Nacional ignora.

“El impacto financiero es tan alto, que estamos al borde de una crisis en nuestra institución. Estamos hablando de la disponibilidad del talento humano, de los insumos y los medicamentos para poder garantizar una atención”, dijo García.

Y es que, según coordinador del área de ginecología y obstetricia, un parto normal y sin complicaciones de una materna venezolana le cuesta al Huem entre $1’400.000 y $1’600.000.

“La mayoría de las maternas venezolanas vienen con complicaciones asociadas que ponen en alto riesgo la vida del bebé, por lo que esa complejidad se suma al costo de la atención.Estamos hablando de que el bebé, una vez nace, debe ser trasladado a urgencias pediátricas y la materna a la unidad de cuidados intensivos”, enfatizó el coordinador.

Quejas por la atención 

Aunque el hospital cuenta con 3 especialistas, 2 enfermeras jefes y 6 auxiliares de enfermería, las quejas de las maternas colombianas no se hicieron esperar. Yulieth Méndez, de 29 años y cotizante de la EPS Coomeva, fue la primera en sentar su voz de protesta.

Ante esto, el Hospital aclaró que en el caso de las maternas nacionales afiliadas a una EPS, la demora radica en la misma entidad prestadora de salud, pues es ella la que debe autorizar los procedimientos que los pacientes se deben realizar.

Necesita ayuda

Aunque Carmen Jaimes, la materna venezolana, logró encontrar en la vereda La China, del corregimiento San Faustino, un trabajo y un techo, el sueldo que recibe debe enviarlo a Venezuela para el sustento de sus otros tres hijos, por lo que aseguró que no cuenta con una sola cobija o muda de ropa para su bebé.

“Salí corriendo de mi país porque vi cómo de los tres bebés que esperábamos en la familia, dos murieron por la falta de atención y medicamentos. No quería que mi hijo se convirtiera en el tercero, por eso huí. Sin embargo, no ha sido fácil. Por eso recurro a la buena voluntad de quienes puedan ayudarme, pues no cuento con absolutamente nada para la llegada de mi bebé”,dijo Carmen.

DC – La Opinión

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