Hasta siete meses sin agua tienen sectores en Zulia

“Estamos desesperados. No hallamos qué hacer. Tenemos cuatro meses secos. ¡Que bombeen agua!”, es el clamor de Marisol Chirinos, desde el barrio Panamericano, al oeste de Maracaibo, y también el de los vecinos de San Francisco, Cabimas, Lagunillas, Santa Rita, Miranda y Jesús Enrique Lossada. ‘Carreteando’ pimpinas, botellones, baldes y hasta pipas, los zulianos encaran la crisis hídrica.

En la capital del estado, zonas como El Chocolate, Villa Baralt, La Sonrisa y Las Lomas llevan el mismo tiempo sin el servicio. San Agustino suma tres meses. Mientras que en Haticos, El Potente, Pomona, Los Estanques, El Milagro, La Victoria, Los Aceitunos, Sabaneta, Lago Azul, el barrio Los Andes, así como las urbanizaciones Urdaneta, Villa del Sur, La Rotaria y El Prado, superan las cuatro semanas en “sequía”.

Peor aún, en Cumbres de Maracaibo carecen de la distribución desde diciembre de 2017. Por esta razón, los afectados protestaron, ayer, frente a la aguada de Los Plataneros. El grupo de manifestantes bloqueó la entrada de los camiones cisternas. Empleados de Hidrolago informaron: “Estamos trabajando para reactivar la bomba que los surte. Tenemos que cambiar la goma de acople (empacadura) y la base”.

Más de 15 tomas ilegales de agua abrieron en las adyacencias de la calle 77, de Panamericano. En el sector La Granja, de Santa Rita, cavan pozos domésticos para obtener un poco de agua para bañarse o limpiar. Miguel Rosario precisó que, desde enero, no cuentan con el suministro por tuberías.

Otras localidades de la COL, entre ellas Lagunillas, denuncian “llega el agua solo dos veces al mes y, cuando mucho, por cuatro horas”. Esto sucede desde marzo.

“Para poder sobrevivir, todos los días compramos botellones o llenamos botellitas en casa de familiares. Esto es muy agotador y no obtenemos respuesta alguna”, reclamó Reina Jiménez, residente de la urbanización Las 40, en Cabimas. Añadió que “el agua sale revuelta, muy sucia”.

Una fuente ligada a la hidrológica zuliana explicó: “Las variaciones de voltaje, que son constantes, ocasionan que se recalienten los motores y salgan fuera de servicio (…) En casi todas las estaciones hay problemas con las bombas: hay algunas dañadas, otras paradas y unas en reparación”.

Señaló que en las zonas altas es difícil que llegue el agua porque “se está generando por gravedad y no por bombeo”, por los equipos fuera de servicio. “El caudal es bajo porque en las estaciones de bombeo no están activas las cinco o seis bombas, sino dos o tres”.

Asimismo, indicó que las fluctuaciones “desbalancean” el proceso de entrega de agua y que, una vez que se suspende la energía, se pierden entre cuatro y seis horas para poder continuarlo.

Encima, el robo de cables que se ha registrado en las instalaciones de Hidrolago también ha perjudicado la distribución hídrica. El trabajador afirmó que están orientados “en alianzas con la Fanb para reforzar la seguridad”.

Entretanto, las fallas las padecen en San Francisco, donde la Alcaldía e Hidrolago reactivaron un pozo de agua en el Kilómetro 12, este 27 de julio. En total, 21 mil familias de las parroquias Marcial Hernández, José Domingo Rus y Los Cortijos serán aliviadas con “mayor regularidad del servicio”. Próximamente, serán regenerados cinco pozos adicionales.

DC | Panorama

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